El 25 de julio de 2009, tras meses de intensas negociaciones, el entonces presidente de Paraguay, Fernando Lugo, y su par de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, firmaron una declaración conjunta en la que, entre otras cosas, el mandatario brasileño asumía el compromiso de que nuestro país podría vender su energía excedente de la Itaipú Binacional (IB) a precio de mercado en el gigante sudamericano, e inclusive a terceros países. El gran logro aquella vez fue que se triplicó la compensación por cesión de energía, aunque hubo otras varias promesas, unas que se cumplieron y otras que quedaron en la nada.
Por ejemplo, Lugo y Lula “reconocieron la conveniencia de que la ANDE pueda gradualmente, a la brevedad posible, comercializar, en el mercado brasileño, energía de Itaipú correspondiente a los derechos de adquisición del Paraguay”.
“El presidente Lugo reiteró la reivindicación de que Paraguay pueda habilitarse, asimismo, a disponer gradualmente de energía de Itaipú para ofrecer a terceros mercados, con derecho de preferencia a Brasil. El presidente Lula da Silva, considerando el nuevo marco de cooperación entre los dos países, resaltó que Brasil y Paraguay deben trabajar juntos en la búsqueda de una efectiva integración energética regional que contemple inclusive la posibilidad de que Paraguay y Brasil puedan comercializar energía de Itaipú en terceros mercados a partir de 2023”, se leía en el punto 6 de la declaración.
Sobre el punto, el ingeniero Ricardo Canese aconsejó que el presidente Santiago Peña tiene que recordar a Lula esta promesa. “¿Y qué va a decir Lula, ‘yo no firmé eso, desconozco lo que firmé’? No, Lula está jugando en las grandes ligas, está hablando con EEUU, Rusia, China, obviamente no va a desconocer algo que él firmó. Él no va a poner en riesgo su prestigio. Si él firmó algo con Fernando Lugo, lo va a respetar”, indicó.
Es más, en el punto 8 del documento, los jefes de Estado también señalaron que la ANDE pueda comercializar en el mercado brasileño energía de la hidroeléctrica de Acaray y, futuramente, también de la represa de Yguazú, “así como de excedentes disponibles en otras fuentes de generación del Paraguay”. Sin embargo, estas promesas de Lula no se hicieron realidad hasta ahora.
Por otro lado, en el texto también se determinó la constitución de un grupo de trabajo para definir los términos de referencia de un estudio de viabilidad técnica, económica y socio ambiental de obras de navegación previstas en el punto III.11 del Anexo B del Tratado, “y poner los mejores esfuerzos para que este estudio de viabilidad concluya en el año 2010”. Este acuerdo tampoco llegó a término.
Hechos. Sin embargo, la declaración también instruyó a iniciar los estudios relativos a la construcción de un puente internacional sobre el río Paraguay, entre las ciudades de Puerto Murtinho y Carmelo Peralta, emprendimiento “para la dinamización de los flujos económicos y sociales”, proyecto que está en plena construcción.
También se reafirmó la decisión de iniciar las obras del Puente Puerto Meira-Presidente Franco sobre el Río Paraná. Esta nueva conexión vial está terminada y pendiente de habilitación. Así, se espera que los demás compromisos se cumplan, aunque ya es tarde, porque se hablaba del 2023 como plazo para la venta de energía a precio de mercado.
Subestación de la margen derecha se inauguró en octubre del 2013
En el punto 10 de la declaración conjunta, los presidentes Fernando Lugo y Lula da Silva “instruyeron al Directorio Ejecutivo y al Consejo de Administración de Itaipú Binacional que, en consulta con ANDE y la Eletrobras, determinen las providencias necesarias para que se ejecuten las obras del seccionamiento de las líneas de transmisión de 500 kV de la subestación margen derecha. Acordaron la construcción por Itaipú de la LT 500 kV entre la SE Itaipú-MD y la SE Villa Hayes, así como esta, las cuales serán transferidas sin costo al Paraguay”. Esta promesa se cumplió con la inauguración de las obras el 29 de octubre de 2013.
Ministro niega que Brasil quiera romper el contrato
El ministro de Minas y Energía de Brasil, Alexandre Silveira, negó que haya una intención de romper el acuerdo sobre la compra exclusiva de excedentes de Itaipú como represalia a la insistencia de Paraguay de subir la tarifa de la energía proveniente de la binacional.
Alexandre Silveira puso fin a los rumores de supuestas amenazas a Paraguay, que pelea por subir a USD 22,23 el kilovatio al mes la energía de Itaipú. Mencionó que actualmente las negociaciones están a pleno y que el modelo aplicado hasta ahora es exitoso.
Sus declaraciones se dan tras la publicación de Folha de São Paulo sobre las intenciones de Luiz Inácio Lula da Silva de romper el acuerdo por el cual compra el excedente de energía de Itaipú que corresponde a Paraguay.
Cada país tiene derecho a una mitad de la potencia, pero el territorio brasileño accede al 80% debido a que el paraguayo no alcanza a consumir todo lo que le pertenece.
En este contexto, el lado brasileño pretende mantener la tarifa en USD 16,71 el kilovatio al mes, mientras que el gobierno de Santiago Peña puja por el aumento a fin de tener más recursos.
Sobre este punto, Silveira mencionó que mantendrá una reunión mañana con el director de la binacional, lado brasileño, Enio Verri, pero ya adelantó que no serán rigurosos con la cuestión tarifaria, teniendo en cuenta que impacta en la economía, principalmente en la clase media.
En simultáneo se está tratando la renegociación del Tratado de Itaipú. Al respecto, el ministro de Minas y Energía del vecino país reconoció que siempre hubo un “estrés natural y legítimo” en cuanto a la revisión del Anexo C porque ambos socios, propietarios de una de las mayores hidroeléctricas del mundo, tienen características diferentes.
Describió a Paraguay como un país pequeño, donde se aprovecha más la función ejecutiva de Itaipú en cuanto a logística, investigación e infraestructura.
20 unidades generadores de 700 MW tiene la Itaipú, la mayor productora de energía limpia del mundo.
232 millones de dólares recibió Paraguay por cesión de energía en 2023, pero los beneficios pueden ser mayores.
50 años cumplió la firma del tratado de Itaipú y hoy los países socios negocian una tarifa adecuada para ambos.