–¿Qué alcances tendrá el Acuerdo UE-Mercosur?
–Es un acuerdo amplio, ambicioso y moderno en el sentido que tiene muchos aspectos como la sostenibilidad y, creo, será muy beneficioso para el crecimiento de ambas partes; además de fortalecer el trabajo de dos socios que comparten valores.
–Puntualmente, ¿en qué ámbitos se enfatiza?
–El acuerdo permitirá ahorrar pagos de aranceles hacia Europa, además de otros beneficios para el Mercosur, como el acceso preferencial hacia la UE, procedimientos más simples, acceso a compras públicas, facilitación para la implementación de empresas y apoyo a Mipymes. Es el acuerdo más grande entre dos bloques regionales, por lo que se le puede calificar de histórico; ya que se juntan 700 millones de ciudadanos y se fortalecen los enlaces comerciales y políticos.
–Tras veinte años de conversaciones, se pudo llegar a puntos de coincidencia…
–En un mundo con un paisaje geopolítico bastante inestable y complejo, tendremos bloques democráticos con valores compartidos y larga tradición en lo comercial; mediante un acuerdo que puede fortalecer las relaciones entre ambas partes y beneficios positivos.
–¿Qué etapas faltan aún en este derrotero?
–Ahora toca la revisión legal, la traducción por nuestra parte a 28 idiomas; luego se debe firmar por nuestra parte y presentar el acuerdo al Consejo Europeo y al Parlamento Europeo; aquí a los Congresos. Pero tenemos ambición de firmarlo este año, si fuese posible.
–¿Qué aspectos esenciales abordará este nuevo marco?
–Hay tres ejes, relacionados a lo económico, lo político y la cooperación. El afán es crear un mercado más integrado de ambas regiones, para beneficiar a empresas y consumidores; además de bajar aranceles y tener reglas más previsibles y claras con el fin de facilitar el comercio entre ambas partes. Esto permitirá ahorrar pagos en aranceles hacia Europa.
–¿Qué sectores primordiales serán atendidos?
–Hay una lista larga de productos y servicios que tendrán menos aranceles. También se facilitarán inversiones. Podemos trabajar con las autoridades paraguayas en sectores que interesan aquí, y por lo mismo también estamos preparando un Foro de Inversiones con sectores identificados de interés conjunto: forestal, energía verde, economía sostenible, también aspectos logísticos y transporte renovable.
–Hubo en algún momento objeciones al acuerdo desde el agro europeo. ¿Qué visión tiene del tema?
–Hubo preocupaciones del sector agrícola, dentro de un contexto mayor, donde se mezclaron otras temáticas y también en torno al impacto de la invasión rusa a Ucrania. Eso provocó suba en el precio de los fertilizantes y es un tema de competitividad más general. Se juntó a esto el tema del Mercosur; pero había mucha información que no era –creo– la correcta en el debate público. Lo más importante para ambos lados es tener un equilibrio en cuanto al comercio en este sector. Creo que logramos esto y mismo porque en Europa necesitamos más importaciones: Arroz, miel, etc.
–Se alcanzaron consensos, entonces…
–El acuerdo tiene este equilibrio muy fino de respetar las sensibilidades del sector agrícola en Europa, pero también alcanzar ventajas para la apertura de mercados, tuvimos que cuidar la protección de indicaciones geográficas. Somos conscientes de que es un acuerdo moderno que traerá muchos beneficios; es normal que siempre haya debate. Lo tuvimos con Canadá también, y fue –en definitiva– un acuerdo increíblemente beneficioso para ambas partes en la exportación, incluso mucho más de lo que esperábamos.
–Por otro lado, sobre el Reglamento N° 1115, que regula la venta de materias primas y productos relacionados con la deforestación, ¿Cómo observaron las objeciones de productores paraguayos y en qué etapa se encuentra?
–Es un reglamento que se aplica en Europa, pero si alguien quiere comerciar allá también encuentra ciertas condiciones; una de ellas es la trazabilidad. Trabajamos intensamente con el sector agropecuario y con las autoridades aquí, para brindar toda la información y apoyo; y tenemos proyectos de trazabilidad en curso. Hubo avances en cuanto a cuero y ganadería. Decidimos dar un año más de espacio para la entrada en vigencia, para que los productores paraguayos tengan tiempo de prepararse. Entrará en vigor a fines de este año y en junio de 2026 será para las mipymes.
–Respecto del Foro de Inversiones en Asunción, ¿qué adelantos puede brindar?
–Queremos concretarlo entre junio y setiembre, antes de la Cumbre Celac-UE que será en noviembre. La idea es tener dos días en Asunción a altos representantes de la UE y ojalá también al presidente Santiago Peña. Habrá paneles sobre energía renovable, logística sostenible y ámbito forestal. En una segunda jornada anhelamos que empresas e inversores se conecten y se identifiquen nuevos proyectos, siempre con la meta de atraer inversiones hacia el Paraguay.