No es puro humo. Los riesgos del uso constante de los vapeadores están empezando a verse, sobre todo, entre los alumnos de las instituciones educativas.
Recientemente, un chico de 14 años, oriundo de Ciudad del Este, fue internado de urgencia a causa de un cuadro de neumonía severa.
Según lo que pudo conocerse, el adolescente era usuario de vapeadores a escondidas de sus padres. El menor estuvo intubado durante tres semanas.
Hace poco más de un año, el Ministerio de Salud Pública había documentado el primer caso de lesión grave en el país en un joven de 24 años por el uso de los vapeadores.
El problema se está volviendo un auténtico incendio en las instituciones educativas, donde crece el uso de estos dispositivos.
“Antes hablábamos de 13 a 15 años y ahora estamos hablando de chicos de 10 a 11 años que están comenzando con esta adicción. Es preocupante eso”, cuenta la doctora Xintia Ayala, del Programa Nacional del Control de Tabaquismo y Enfermedades Respiratorias Crónicas (Pronaterc), dependiente del Ministerio de Salud Pública.
En términos de cantidad de usos de vapeadores, no hay un registro de cantidad por institución, pero sí que se registran en muchas de ellas, detalla Miguel Marecos, presidente del Sindicato Nacional de Directores (Sinadi).
Sin embargo, cuentan con un mapeo por departamentos donde está más extendido el vicio en escuelas y colegios. “Especialmente en Capital, Central, Alto Paraná, Itapúa, son los lugares, Caaguazú también, son los lugares donde más se utiliza eso”, dice.
La doctora Ayala y el referente del Sinadis coinciden en dos puntos: Que los niños y jóvenes que vapean lo hacen como un desafío y un juego. Y que, en realidad, más que uno u otro es una adicción.
“Es una adicción porque tienen contenidos que hacen de que el hecho de que dejen de consumir les vuelven ya ansiosos, les vuelven locos, entonces tienen que consumir ya como una adicción, es como la droga, como el crac”, enfatiza Miguel Marecos.
La referente del programa del control del tabaquismo señala que estos dispositivos no solo contienen esencias saborizantes.
“Se estudiaron los vapeadores y se descubrió que realmente tienen nicotina, no es que solamente tienen sabor a mango, a piña, a banana, a chocolate, no tienen solo saborizantes. Para que la gente quiera volver a consumir tienen que tener un gancho y ese gancho es la nicotina”, alerta.
Impacto. La doctora Ayala describe también una diferencia importante que tiene el cigarrillo electrónico con el convencional en cuanto al impacto en la salud.
Según cuenta, el tabaco en general produce daños, pero que se notan mucho tiempo después de empezar a consumirlo. “En cambio, ahora con los vapeadores las consecuencias que vemos son más rápidas. Aparecen a 90, a 60 y a dos meses incluso. Esa cuestión del daño pulmonar así tan severo que produce es preocupante”.
Hacer frente al problema no es fácil, ya que solo un momento encabeza los noticieros, pero luego pasa al olvido, refiere el titular de Sinadi.
“Cada vez que hay algún problema es noticia. Uno o dos días después ya deja de ser noticia y las autoridades nos piden que hagamos el mayor esfuerzo”.
Esto último que señala, tropieza con otro escollo muy habitual y que refleja el grado de carencias de la políticas públicas.
La falta de presupuesto para profesionales psicólogos, orientadores y evaluadores que puedan trabajar de cerca con las familias en escuelas y colegios es un gran inconveniente.
“Dicen que están procurando por el presupuesto, etcétera, pero que el Ministerio de Economía no libera. La mayoría de esos rubros de los que se jubilaban, no se reponían. Entonces, los grandes colegios, las escuelas, etcétera, no tienen”, lamenta Marecos.
Sustancias del vape que son cancerígenas
La Dirección General de Vigilancia de la Salud describió que estudios realizados revelan que entre los componentes aerosolizados contenidos en los cigarillos electrónicos detectaron sustancias cancerígenas, entre ellas nitrosaminas y otros químicos como dietilenglicol, acetaldehído, formaldehido, acroleína, tolueno y metales pesados en los que figura el níquel, plomo, cinc y el cromo; algunos de ellos producen hasta daños neurológicos.
Al principio van a ser vapeadores, después cigarrillos. Y son una puerta de entrada a drogas más fuertes como el THC. Doctora Xintia Ayala Programa Nacional del Control de Tabaquismo.
Vemos que mamá y papá están muy lejos de las escuelas y colegios. Entonces, hay aumento en progresión del uso de los vapeadores. Miguel Marecos, director Sindicato de Directores.
LAS CIFRAS
12 muertes diarias están estrechamente vinculadas al consumo del tabaco, lo que equivale a 4.515 al año.
1.200 es la cifra de niños y adolescentes que vapean, según La Encuesta Mundial sobre Tabaco en Jóvenes.
400 vapeadores aproximadamente fueron sacados a alumnos en las escuelas y colegios solo el año pasado.
La importancia del núcleo familiar
El problema del vapeo no solo involucra al niño o adolescente. También a los padres. Miguel Marecos, director del Sinadi, cuenta que algunos padres asumen que sus hijos están con el vicio.
“Responden ellos, algunos te dicen cínicamente: ‘No, jamás, no voy a volver a permitir más que haga’. Mentira, vuelve a hacerlo y con más fuerza. Otro dice: ‘sí, yo lo autorizo, pero yo le controlo cuando usa’”.
Desde lo que ve a diario, los padres y madres están muy ausentes en lo que hacen sus hijos.
“Nosotros vemos que en términos de valores, mamá y papá están muy lejos de las escuelas y colegios. Entonces, el aumento en progresión geométrica del uso de los vapeadores, así como el aumento en progresión geométrica de la venta y consumo de drogas, es desesperante y preocupante”.
La doctora Xintia Ayala sostiene que la tarea de los padres debe ser prestar atención al comportamiento de sus hijos.
“Los padres deben estar pendientes de los hijos sobre todo. Creo que las instituciones educativas se están preocupando, están buscando información, están buscando cómo poder controlar”, señala.
Según dicen, siempre los niños o los adolescentes quieren crecer y crear su personalidad. “Habría que desde la casa ver también si hay formas más saludables de demostrar la valía de cada uno. Que no pasa porque uno fuma”.
