La adicción a juegos en red, conocida como Desorden de Juego en Internet (IGD, en inglés), se caracteriza por la necesidad compulsiva de jugar en línea a costa de dejar de lado otros aspectos de la vida.
La investigación, en la que participaron 32 hombres y 23 mujeres que padecen de IGD, concluyó que había diferencias entre ambos sexos y que en el caso de los varones resultaba afectada la actividad cerebral observada en las resonancias magnéticas funcionales (fMRI).
Mientras que los hombres mostraban alteraciones regionales a un nivel de desarrollo neurológico, las mujeres no mostraban ningún efecto similar.
Entre dichas alteraciones, los investigadores destacaron una menor actividad cerebral en el giro frontal superior y en el lóbulo prefrontal, que son los que determinan el control de los impulsos.

“El uso de internet es una parte integral de la vida de muchos jóvenes adultos y la pérdida de control sobre su uso podría derivar en varios efectos negativos”, apuntó la autora principal del estudio, Yawen Sun, del departamento de Radiología del hospital Ren Ji, afiliado a la Universidad Jiao Tong de Shangái (China).
Un córtex prefrontal que no funciona correctamente podría llevar a hombres con IGD a ser más impulsivos, lo que podría degenerar en adicciones a sustancias nocivas.
“Los hombres mostraron niveles más bajos de controles impulsivos en comparación con las mujeres y sus controles impulsivos, de forma gradual, llegan a aumentar más”, explicó Yawen Sun.