Como el más sanguinario de los criminales, considerado un peligro para la sociedad, así fue condenado ayer Adolfo Trotte a la máxima pena, de 40 años de privación de libertad, al ser hallado culpable del homicidio de su esposa Sonia Vera, a quien dio muerte entre el 2 y 3 de julio de 2011.
El Tribunal de Sentencia integrado por Dina Marchuk como presidenta, Óscar Rodríguez Masi y Julio Granada como miembros titulares, resolvieron por unanimidad la condena de 30 años de cárcel para el exbarrabrava, pero en voto en mayoría los 10 años de medida de seguridad. El juez Rodríguez Masi fue quien votó en disidencia para aplicarle la medida de seguridad.
El tribunal calificó el crimen como una venganza de Trotte hacia su esposa, ya que esta ya había decidido dejarlo, porque ya no lo amaba, luego de varios años de constantes maltratos.
Los jueces llegaron a la conclusión de que el ahora condenado había planificado con detalles el momento de dar muerte a su esposa, ya que estaba preparando la venganza hasta que la ejecutó.
La presidenta del tribunal, Dina Machuk, explicó que las medidas de seguridad se ajustan a derecho, ya que el condenado no mostró un arrepentimiento real, el mismo posee dificultades de adaptación, puede enfurecerse con facilidad, además andaba siempre armado, es violento.
Por su parte, el juez que votó en disidencia dijo que se juzgó al acusado por lo que hizo, no por lo que es.
DISTURBIOS. Los familiares del acusado y él mismo fueron sacados de la sala de juicios orales, ya que desde que la presidenta del tribunal estaba explicando los argumentos de la codena, fue interrumpida en varias ocasiones por Trotte, quien al escuchar que no se comprobó ningún acto de infidelidad de parte de Sonia Vera, arremetió contra la jueza y lo llevaron al retén.
“Es una joda para Tinelli, la escucho a usted, es como escucharle a la mamá de Sonia”, le dijo Adolfo a la magistrada.
Al ser echado Trotte de la sala, su hermano Cristhian reaccionó también contra el tribunal, le siguieron las hijas de Adolfo; una de ellas, Pamela, en medio de su ira, lanzó palabras de grueso calibre contra la jueza. Mientras, el hermano del imputado decía: “Esto es un circo, está todo orquestado”.
No sirvieron los alegatos finales del defensor Adolfo Wildberger, quien en todo momento intentó convencer al tribunal de que su defendido actuó bajo una excitación emotiva. Por el contrario, el tribunal sostuvo que no hubo ninguna excitación, considerando que la muerte de la mujer fue muy bien preparada por el ahora condenado.
histórica pena por un feminicidio
La resolución constituye una condena ejemplar que sienta precedentes. El tribunal consideró que el condenado preparó la muerte de su esposa por venganza. Sus familiares alborotaron la sala de juicio.