El atentado perpetrado el domingo desvió temporalmente la atención hacia un problema que subsiste desde hace cuatro décadas –el “terrorismo” y el narcotráfico– pero no alteró la campaña de ambos candidatos, que condenaron el ataque que evocó la violencia que vivió Perú durante el conflicto armado interno (1980-2000).
Cuatro menores de edad figuran entre las 16 personas asesinadas en dos bares.
La matanza ocurrió en la aldea selvática de San Miguel del Ene, zona donde operan remanentes de Sendero Luminoso, grupo al que el Gobierno califica de “terrorista”.
“Es difícil de medir el impacto en el balotaje, esta gente armada está contra todo y contra todos, pero esta vez hay indicios de nexos con la Coordinadora Continental bolivariana venezolana a través de un congresista electo peruano”, afirmó el sociólogo Fernando Rospigliosi, asesor en temas de seguridad de Keiko.
“Es una señal al país la ferocidad con la que han actuado, es para que los tengan presentes cualquiera de los dos candidatos” que se convierta en el próximo presidente, apostilló. Los partidarios de Keiko intentan ligar a Castillo con Sendero, algo que el candidato niega. AFP