En riesgo. Unos nueve millones de niños, niñas y adolescentes en Paraguay y todo el mundo podrían verse en situación de calle y de trabajo infantil a raíz del golpe de la pandemia del Covid-19, advierte la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En todo el globo la realidad es que ya existen 160 millones de infantes y jóvenes en este panorama, debido al aumento de la pobreza y la falta de políticas públicas.
Entidades sensibles, como el Ministerio Nacional de la Niñez y Adolescencia (Minna) y el MEC, reciben tijerazos en su presupuesto por segundo año consecutivo. Cerca del 10% del presupuesto de la cartera educativa fue afectado a causa de la pandemia de acuerdo con el justificativo del presidente Mario Abdo Benítez.
“Las estimaciones de aumento de la pobreza, más la ausencia de provisión de bienes públicos básicos, claramente nos indican que tenemos un riesgo de aumento del trabajo infantil en Paraguay, en Bolivia y en toda la región”, afirmó la oficial de la Programación de la OIT para el Conosur, Patricia Roa.
Con la coyuntura actual, en la que se espera la llegada de otra ola del coronavirus, otro drama es que también existe una tendencia de que más niños y niñas entren al mundo laboral más tempranamente.
DISMINUCIÓN. Pese a la advertencia de organismos internacionales, el Gobierno asegura que el último año la presencia de niños en calle disminuyó un 58%.
De 1.326 niños, niñas y adolescentes en calle en mayo del 2020, para este mes la cifra se redujo a 768, indicó días atrás la ministra de la Niñez, Teresa Martínez.
Lanzaron, en este contexto, la campaña El trabajo infantil nos roba el futuro.
“Nosotros estamos presentando estas cifras porque necesitamos la cooperación de las municipalidades, para la creación de programas y espacios de protección para los niños”, dijo Martínez.
Niños y niñas trabajadores organizados criticaron al Minna y al Gobierno por el lanzamiento de la campaña.
“Así, como siempre el Gobierno nos criminaliza, cuando tampoco nos dan acceso a la salud básica y a la educación, con programas que garanticen el acceso pleno a nuestros derechos”, apuntó Thelma Ortega, desde la Coordinación Nacional de Niñas, Niños y Adolescentes Trabajadores (Connat).
El Estado debe diferenciar entre trabajo y explotación infantil, con lo que tampoco estamos de acuerdo, sostienen. “Somos estigmatizados desde el mismo Gobierno, logrando que seamos vistos como un delito”, lamentan los chicos.
La corrupción, la impunidad y la falta de políticas públicas de protección es lo que nos está robando el futuro del país; nosotros no podemos ser cargados con la culpa, agregaron.