En declaraciones al canal televisivo BFM, el vicepresidente de la FNSEA, Franck Sander, subrayó la importancia de que Macron se aplique, sobre todo en vista de la reciente caída del Gobierno del primer ministro Michel Barnier, quien desde el jueves puede actuar solo en funciones para operar los asuntos corrientes del país.
Sander reiteró que este tratado será “catastrófico” para el campo francés, pero incidió en que al acuerdo le queda aún camino por recorrer y que lo importante ahora, para ellos, es lograr la oposición necesaria en Europa para evitar su aprobación final.
Las reacciones en Francia fueron furibundas después de que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunciara en Montevideo, invitada a una cumbre del Mercosur, el fin de las negociaciones históricas entre los dos bloques.
El acuerdo sigue siendo “inaceptable” en su estado actual y, como “no está firmado ni ratificado”, por ahora no tiene “ningún efecto jurídico”, afirmaron fuentes del Elíseo poco después del anuncio, mientras que la ministra de Comercio Exterior en funciones, Sophie Dumas, aseguró que Francia va a luchar “en cada etapa” del proceso dentro de la UE.
Más duras aún fueron las reacciones de los líderes políticos de la oposición y de las organizaciones agrarias, que acusaron a la Comisión Europea de cometer “un acto de traición” y de clavarles una “puñalada por la espalda”.
Los agricultores han amenazado con intensificar sus protestas y escenificaron su desagrado con actos reivindicativos como emparedar con bloques de cemento las oficinas locales de algunos diputados, como la del ex presidente François Hollande en Tulle. EFE