21 nov. 2024

Agricultura familiar: Instrumento para el desarrollo

Los agricultores familiares producen la mayor parte de los alimentos frescos y sanos, diversificados y culturalmente apropiados. Generan oportunidades de empleo agrícola y no agrícola, y ayudan a las economías rurales a crecer. La agricultura familiar preserva y restaura la biodiversidad y los ecosistemas, y utiliza métodos de producción que pueden ayudar a reducir o evitar los riesgos del cambio climático. La agricultura familiar es fundamental para mantener la capacidad adquisitiva de los ingresos de todas las familias y para reducir la pobreza en el sector rural. Dejarla en el abandono es poner un obstáculo al crecimiento sostenible, al bienestar de los hogares y al desarrollo del país.

La agricultura familiar en Paraguay sufre el abandono del Estado y de las políticas públicas, a diferencia de otros sectores que cuentan con innumerables instrumentos que les benefician y ayudan a mejorar su productividad y competitividad. Hay instituciones públicas cuyos fondos están casi por completo destinados a mejorar las condiciones de producción y exportación de commodities, incluyendo la investigación en mejoras genéticas y para la adaptación al cambio climático.

La distribución de tierras tampoco beneficia a la producción de alimentos para la población paraguaya. Uno de los problemas fundamentales en Paraguay es la concentración en pocas manos. Los censos más recientes muestran, además, que la situación empeora y eso se refleja en el crecimiento desordenado de los polos urbanos y sus áreas metropolitanas. Miles de jóvenes y adultos provenientes de las áreas rurales tratando de sobrevivir con la venta callejera, cuidando autos, limpiando vidrios o en otras changas que no les permiten dejar la pobreza y, menos aún, la exclusión y discriminación social.

El segundo problema es la comercialización. La agricultura familiar tiene la potencialidad de producir y bien, pero se encuentra con una intermediación oligopsónica, producto de la concentración de riqueza y poder. La falta de infraestructura para lograr una mayor autonomía en la comercialización es parte de los obstáculos. ¿Cuánto de la inversión de infraestructura financiada con el endeudamiento en la última década se destinó a crear mejores condiciones para la agricultura familiar? A la escasa rentabilidad generada por los bajos precios pagados por la intermediación se agrega el contrabando que termina por destruir el esfuerzo de los productores.

La falta de implementación del programa de alimentación escolar con compras de la agricultura familiar impide que las fincas y pequeñas empresas se beneficien con el sistema de adquisiciones públicas y los márgenes de preferencia del 40%. Este es un privilegio disfrutado por unas pocas empresas grandes y negocios prebendarios, pero que concentran gran parte de las compras públicas. Paraguay cuenta con el marco legal necesario, pero no lo aplica.

El tercer problema es la falta de políticas para enfrentar la crisis climática. A pesar de que la agricultura familiar contribuye a reducir sus efectos por su manejo y respeto a los ecosistemas, es uno de los sectores que menos se están beneficiando con la investigación en semillas más resilientes y con la inversión en infraestructura. El mejor indicador es el presupuesto público casi sin recursos para financiar la producción de alimentos necesarios para el consumo familiar.

Las políticas actuales son contradictorias. Por un lado, el Gobierno apunta a la generación de empleos, a la reducción de la pobreza y a eliminar el hambre de niños, niñas y adolescentes como objetivos prioritarios, pero por otro deja olvidada a la agricultura familiar, principal instrumento de política para lograr esos tres objetivos.

Los beneficios de la agricultura familiar no se limitan a los anteriores. La inflación de alimentos que afecta al 97% de las familias paraguayas se mitiga con producción de alimentos a precios justos, miles de micro y pequeñas empresas en el sector gastronómico mejorarían su desempeño si tuvieran acceso continuo y a precios previsibles. Además, hay por lo menos siete cadenas de valor cuyo principal insumo proviene de la agricultura familiar.

El abandono a la agricultura familiar perjudica a toda la población y a las posibilidades de crecimiento y desarrollo. El Gobierno no tendrá éxito en ninguno de sus objetivos si no toma en serio la eliminación de los obstáculos que enfrenta este sector.

Más contenido de esta sección
Un proyecto que buscaba modificar el Código Penal para evitar que los casos de corrupción prescriban en la Justicia fue rechazado por los diputados y enviado al archivo. Se buscaba endurecer las penas, ampliar el universo de tipos penales, extender plazos para la prescripción y endurecer criterios de medición de la pena para delitos de corrupción pública y privada, con énfasis en la corrupción cometida por funcionarios públicos. El rechazo de esta propuesta parece una verdadera declaración de intenciones.
Mientras el ex diputado colorado Juan Carlos Ozorio opera para obtener una medida sustitutiva a la prisión, la Cooperativa San Cristóbal, de la que fue presidente, siente las devastadoras consecuencias de haber sido una entidad a través de la cual, presuntamente, se puso en circulación el dinero proveniente del tráfico ilegal de drogas. Perdió la confianza y a miles de socios. Es un ejemplo de lo que les sucede a las instituciones cuando falta fiscalización. Si no mejoran los controles, este caso se volverá a repetir, con los mismos funestos resultados.
El hecho de que la mayoría oficialista del senado haya retrocedido en la barbaridad cometida cuando devolvió fueros a senadores previamente desaforados que están siendo investigados por la Fiscalía, puede verse como que enmendaron un error. Sin embargo, una acción que significó el atropello a la Constitución Nacional no debe quedar impune. Los 23 senadores que votaron por devolverle los fueros a Erico Galeano, Hernán Rivas y Rafael Filizzola, deben ser investigados, pues en un estado de derecho nadie está por encima de la ley.
Hace unos días, fue intervenida una estancia en Fuerte Olimpo, Alto Paraguay, y en el lugar fueron detenidas diez personas de cuyo poder incautaron fusiles AR47 y una avioneta Cessna, además descubrieron una pista clandestina que habría pertenecido a la estructura liderada por el supuesto narcotraficante uruguayo Sebastián Marset y al presunto líder de tráfico de drogas, Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico. Resulta insostenible la falta de control del espacio aéreo nacional, ante la impasividad o complicidad de las autoridades.
Aproximadamente, unos 1.300.000 niños y adolescentes paraguayos retornaron a clases en los establecimientos educativos públicos hace unos días, y el escenario que hallaron muchos de ellos ha sido el de una infraestructura deficiente y precariedades. A pesar de que la Constitución Nacional consagra el derecho a la educación, frente a la realidad a la que asistimos, parecen apenas palabras vacías de significado debido a la ceguera de nuestros líderes políticos para anteponer los intereses de la mayoría y apostar por el presente y el futuro del país.
El acceso de los niños a alimentos adecuados y saludables es esencial para garantizar su bienestar físico, intelectual y social. Los programas de alimentación escolar han formado parte de la política educativa desde hace más de un siglo y permanecen en la actualidad, independientemente del nivel de desarrollo de los países y de los ingresos de los hogares. Pero en todos los países el programa se ha planteado de manera integral y tiene alto consenso social. Paraguay no puede ser una excepción. Los cambios planteados solo generaron conflictividad, a la vez de que no garantizarán mejoras sustanciales.