A los exportadores de soja tampoco les cayó bien la idea de subir el impuesto al sector, menos aún cuando las instituciones del Estado están gastando en pagos extras.
El director ejecutivo de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas, Hugo Pastore, manifestó que este grupo económico está completamente decepcionado de la propuesta que surgió en el Congreso y espera que prime el criterio del viceministro de Tributación, Óscar Orué, quien anunció que no impulsará ningún proyecto que intente modificar los impuestos.
El sector considera que esta intención va totalmente de contramano al régimen tributario que se implementó desde el año pasado, pero además criticó que la opción de aumentar el impuesto a la soja se analice en medio de un despilfarro del dinero público.
“No vemos ningún tipo de medida de gestión para regular los gastos en el sector público, bien por el contrario, bonificación por aquí, premios para allá y eso a la gente le genera incomodidad. Todos estamos ajustando los cinturones, la gente pierde sus empleos, mientras tanto en otro lado sigue la fiesta”, expresó.
Al respecto, agregó que la ciudadanía más bien quiere saber cuáles son las propuestas para achicar el gasto público, antes que “meterle la mano en el bolsillo a la gente”.
PRECIOS. Casi la totalidad de los productores cerraron sus ventas con los contratos de futuro de mayo.
Las autoridades que miran al sector como alternativa para recaudar más rescatan la bonanza de precios que está aprovechando el agronegocio.
De acuerdo con los datos extraídos del Banco Central del Paraguay, en el primer trimestre los granos se vendieron a USD 413,7 por tonelada, cifra muy superior a los USD 316 que se registraron en el mismo periodo del 2020.