Aidé Vera es una de las incansables personas que vienen manifestándose frente a la casa del senador Óscar González Daher desde hace 20 días exigiendo la renuncia del legislador por los casos de corrupción que lo vinculan. Vera recuerda que los escraches empezaron luego de que los diputados blanquearan al colorado José María Ibáñez el pasado 1 de agosto, quien se vio obligado a renunciar después por la presión ciudadana. La indignación no se detuvo y las protestas para extirpar la corrupción del poder siguen casi un mes después.
–¿Cómo deciden escrachar a González Daher?
–Decidimos que íbamos a seguir, esta vez en la casa de un pez gordo, de alguien que sea ícono de la corrupción, y como González Daher ya tenía muchos antecedentes encima, por el tema de los audios, y ya había sido expulsado antes de la Cámara de Senadores, dijimos: “Este es el ícono de la corrupción”, y decidimos trasladarnos hasta Luque. La mayoría éramos de Asunción. No sabíamos ni dónde nos metíamos porque había sido que él tiene ahí sus barrabravas, sus matones, sus hurreros, y no lo sabíamos porque nosotros somos ciudadanos comunes, trabajamos y poco más. Después ya nos empezaron a dar miedo la gente (...), pero igual continuamos, y los ciudadanos se unieron, vinieron desde varios puntos del país, también los luqueños que perdieron un poco el miedo, porque acá están todos amenazados. En dos o tres días se sumaron los chancholigan’s; y también la Compañía 500, que está liderada por el señor Samuel Flores, son los que siempre nos acompañan. Están muy indignados, porque ellos dependen de unas tierras que al parecer González Daher les está quitando. Estamos así resistiendo. No hemos bajado la guardia.
–¿El reclamo ciudadano es lo único que hará cambiar esta situación?
–Es lo que dijimos. La única forma de cambiar las cosas es si los ciudadanos nos ponemos la camiseta, los pantalones, y hacemos esos reclamos masivos contra estos impresentables, corruptos. Vamos a lograr algo, porque ellos no se van a mover para nada por el país. Demuestran cero intereses por las personas.
–¿Qué piensa del Congreso y de las autoridades políticas del país?
–Lo que hacen nuestros políticos ya no tiene nombre. Ellos causan estragos con las decisiones que adoptan (...), actúan con base en cuestiones personales, se enriquecen, hacen negociados, lo que menos les interesa es el país. Son una claque, un colegiado que se protege a sí mismo, lo que vemos en la ley de autoblindaje, en la jubilación privilegiada. Solamente piensan en sus intereses. Hemos podido comprobar eso cuando fuimos a llevar la nota solicitando que González Daher renuncie o sus pares soliciten la pérdida de investidura. Sin embargo, este otro personaje, Silvio Ovelar Trato apu’a, no nos hizo caso. Imagínense un comprador de cédulas siendo presidente del Congreso, de la Cámara Alta, es una aberración, un chiste, una burla, pero está ahí, y con su señora nombrada en Itaipú (...). Este país está gobernado por mafiosos, a quienes no les interesa el pueblo. Por eso salimos desilusionados del Congreso, porque Silvio Ovelar nos dijo prácticamente “no es mi problema, véanse ustedes, busquen las once firmas para el tratamiento, y después hagan el lobby como corresponde solicitando y juntando los 30 votos que se necesitan”. Así con esa petulancia.
–¿Qué opina de la denuncia de González Daher en su contra?
–Es un amedrentamiento. Nosotros somos, y fuimos desde el principio, ciudadanos muy pacíficos, totalmente. Esa fue nuestra línea y hasta ahora lo es. Esta acusación surge un sábado, cuando habíamos hecho una visita sorpresa frente a la casa de González Daher, y en eso pasan los patoteros de González Daher en un taxi, se bajan a agredirnos y dejan sangrando a un compañero. Todos reclamamos a la Policía que estaba ahí (...). No hicieron nada (...). Radicamos la denuncia en la Comisaría de Luque y esos mismos datos utilizaron para la denuncia en nuestra contra (...). No nos vamos a detener hasta que este personaje renuncie. Y con las nuevas denuncias en su contra ya no hay excusas para que no lo expulsen del Senado.
–¿Cómo se sostiene una manifestación tanto tiempo?
–La indignación es la que sigue sosteniendo esta manifestación, y la esperanza de que estos corruptos salgan del poder. Es tiempo de que Paraguay se levante y podamos tener un gobierno con personas decentes. Los tres poderes son nidos de corrupción: el Poder Judicial, la mafia organizada; el Poder Legislativo, todos corruptos, y el Poder Ejecutivo tampoco se salva, con personas de frondosos antecedentes. Ni el Ministerio Público se salva, porque es el encargado de hacer las denuncias, pero existe una ausencia total.
–¿Cree en el discurso de Mario Abdo cuando dice que combatirá la corrupción?
–No, absolutamente. Nunca creí en su discurso. Fueron palabras hermosas, espectaculares, pero nada más que eso: palabras, porque en sus primeros decretos ya nombró a la esposa de Trato apu’a en una binacional, como pago de favores políticos. Y otros cercanos suyos tienen antecedentes, como el ministro del Interior. Sabemos quiénes son sus compañeros de línea: (Juan Carlos) Galaverna, Silvio Ovelar y hasta el propio Ibáñez. Si así demuestra su lucha contra la corrupción nos está mintiendo, porque esos son los dueños de la corrupción.
–¿Tiene alguna ambición política?
–La verdad que no (...). Esto lo hacemos los ciudadanos, por el bien de nuestro país y sus habitantes. No tenemos pretensiones partidarias ni políticas. Pedimos a los ciudadanos decentes que vengan a luchar por este país, porque hoy lo que les estamos dejando a las próximas generaciones es solamente corrupción, impunidad, y eso no puede ser (...). Estamos con todas las pilas de sembrar, porque alguna vez vamos a cosechar algo bueno, vamos a estar peor si no luchamos.
Perfil
Aidé Cristina Vera (51) es una de las integrantes de la Comisión Escrache Ciudadano, cuya página en Twitter ya tiene casi 1.500 seguidores. Es abogada de profesión, y se recibió en la Universidad Privada del Este de Asunción, en el 2007. Es miembro de la Coordinadora de Abogados del Paraguay (Coapy), cuya titular era la diputada Kattya González. Reside en Asunción y tiene “un pequeño estudio jurídico” con otro colega.