Biden puso manos a la obra hacia su investidura el 20 de enero cumpliendo lo que anunció el sábado en su discurso de victoria: abordando la crisis sanitaria y económica desatada por el nuevo coronavirus, promesa central de su campaña.
“Hoy (por ayer) comienza este trabajo”, dijo el ex vicepresidente de Barack Obama, en una breve alocución desde su feudo de Wilmington, Delaware, tras realizar una sesión informativa virtual con la futura vicepresidenta, Kamala Harris, y su recién nombrado consejo asesor para luchar contra el virus.
TAPABOCAS. En contraste con el mandatario republicano, acusado de haber minimizado desde el primer día la pandemia e ignorado los consejos de su propia célula de crisis contra el Covid-19, el político demócrata aseguró que su gobierno estará guiado por la ciencia.
Por eso, insistió en el consejo número uno de los expertos para evitar contagios: el tapabocas, “el arma más potente” disponible por ahora.
“Por favor, les imploro, usen una máscara... Háganlo por ustedes. Háganlo por su vecino. Una máscara no es un gesto político”, afirmó, en alusión a la reticencia de muchos seguidores de Trump a cubrirse el rostro.
Como hizo durante toda la campaña, Biden recalcó la urgencia de vencer el nuevo coronavirus para retomar a la normalidad. Estados Unidos, el país más golpeado del mundo por la pandemia, superó el lunes el umbral de los 10 millones de casos. AFP