Por Narumi Akita, Socia de ADEC
Si bien Philip cambió de estilos artísticos a lo largo de su trayectoria, sus preguntas permanecieron: ¿Cómo ser testigos de escenarios tan crueles para luego retirarse a un estudio, aislado del mundo, para pintar? ¿Está la maldad realmente afuera de nosotros, o se oculta en el espejo?
Recientemente visité una exhibición especial con sus obras. Incluía frases suyas impresas en las paredes. Una de ellas me capturó completamente:
“La guerra [de Vietnam], lo que le estaba pasando a Estados Unidos, la brutalidad del mundo, qué clase de hombre soy, sentado en casa, leyendo revistas, entrando en furia frustrada por todo, para luego ir a mi estudio a ajustar un rojo a un azul”.
Ahora cambiemos al plano político: Más allá de saber quiénes liderarán el Paraguay por los próximos 5 años, hay tres puntos que quiero resaltar para reflexionar juntos:
Primero: “… sentado en casa, leyendo revistas”. Sé que la “brutalidad del mundo” duele y preferimos anestesiarnos (o aislarnos), pero en dosis soportables exponernos a las noticias nos dará una perspectiva para tomar decisiones informadas, ejercer nuestros derechos y defender el de los más vulnerables.
Segundo: “… entrando en furia frustrada por todo”. Las emociones nos mueven y remueven, y aunque la realidad a veces nos enfurezca o endurezca, es importante que los ojos vean para que el corazón sienta, porque así se incuban los cambios.
Tercero: “… para luego ir a mi estudio a ajustar un rojo a un azul”. Philip da a entender que mientras se desataba una guerra injusta y él se indignaba leyendo las noticias, al final del día regresaba a su estudio y su actividad parecía nimia frente a la gravedad bélica. ¿Es nuestro trabajo insignificante ante la realidad nacional? ¿Hace una diferencia un voto, un pincelazo, o nuestra integridad? Claro que sí. IMPORTA. Por vos, por los que viven y por los que todavía no nacieron.
Philip se cuestionó a sí mismo y su trabajo, pero hoy él es destacado en la National Gallery of Art de la capital política del mundo y ahora te estás enterando sobre él 42 años después de su partida. No subestimemos el poder de lo que se gesta en un estudio.
Su filosofía fue: “Pinto lo que quiero ver”. Más allá de la esperanza o la desazón que nos den los resultados políticos, pintemos lo que anhelamos ver en nuestras casas, en nuestras empresas, en nuestro espacio. Como la ADEC nos invita: Seamos activos protagonistas en la transformación de la sociedad paraguaya. Quizá nunca logremos ajustar un rojo a un azul (ni el Partido Colorado cohesione con el Liberal), aun así, leamos, irritémonos y agarremos nuestro pincel.