Ante el riesgo de que Caacupé se convierta en foco de contagio masivo y de dispersión del Covid-19 en el resto del país, la jerarquía eclesial tomó la decisión de cancelar la idea inicial de celebrar este acontecimiento anual bajo el formato de agendamiento y con una limitada presencia de fieles.
Observaron que por más que agenden la gente igual irá a la Villa Serrana, por lo que será “imposible” controlar la afluencia de personas al Santuario, según admitió monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé, quien habló en nombre de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) e hizo un llamado a todos los devotos de la Virgen a celebrar en sus casas esta fiesta.
“Lo que notamos es que va a ser difícil aplicar el protocolo”, asumió y explicó las razones: “En primer lugar, la pandemia originó una situación sicológica en nuestros fieles, un deseo grande de no quedarse más en la casa, de salir y respirar otros aires. Eso motivó a que la gente le traiga a toda su familia y así vienen con sus criaturas, con sus ancianos también y es una situación que no podemos controlar”.
Un segundo aspecto –añadió– es “el deseo de la gente que quiere venir a pagar sus promesas y es impresionante la cantidad”.
Citó justamente que en ciertas ciudades ya están alquilando varios buses para asistir en las misas en gran cantidad. “Por ejemplo, Ciudad del Este, personas que tuvieron coronavirus quieren venir a agradecerle a la Virgen porque es como volver a nacer”, graficó.
“Son situaciones que nos llevan a pensar que no va a dar cabida el agendamiento”, reconoció al señalar que iban a tener más de las 1.000 personas que preveían para las dos misas diarias de la novena. “Están las personas de edad también que cumplen sus promesas o los padres que hacen promesas en nombre de sus hijos, entonces tienen que venir también ellos”, explicó. Entonces, esa entre otras razones que “nos motivaron precisamente para ir cambiando la decisión”, dijo.
Monseñor Valenzuela apuntó que esta nueva disposición tendrá vigencia recién a partir del 28 de noviembre y se extenderá hasta el 8 de diciembre, día de la solemne celebración de la Virgencita Azul.
No quiso aventurar cómo serán los tres domingos que aún restan para el inicio del novenario. Pero en la carta que leyó dejó bien en claro: “Que el Pozo de la Virgen permanecerá temporalmente cerrado, ya que es muy difícil establecer el cumplimiento de las medidas sanitarias en este lugar”, avisó.
Virtual
El obispo llamó a los feligreses a que sigan la festividad por los medios de comunicación. En efecto, Canal 4 Telefuturo y NPY transmitirán en vivo las celebraciones de cada misa y la del 8 de diciembre. Recordó que ninguna diócesis del país promoverá peregrinaciones, ya sea a la Basílica u otro lugar. “Ninguno de nosotros vamos a promover peregrinación a Caacupé (...) Por el motivo de la aglomeración es lo que le pedimos a la gente que vaya a sus respectivas diócesis, iglesias, parroquias, capillas, para buscar otra forma de celebrar. Eso es lo que buscamos y queremos evitar la aglomeración aquí y que el Santuario sea un lugar de contagio masivo, eso es lo que queremos evitar”, insistió.
Invitó a seguir la festividad también por las redes sociales. “La novena va a seguir como tal, todos los obispos van a preparar sus reflexiones, sus homilías; que queremos que la gente viva esos días de otra manera, al estilo Covid, en un modo seguro en sus casas”, lanzó.
Evaluando la situación dijimos: ‘Esto nos va a sobrepasar’; la Policía no va a poder controlar ni la Patrulla Caminera. Mons. Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé.
Es una decisión acertada por esas dificultades que existen en la aplicación de los protocolos. Dra. Adriana Amarilla, de Promoción de la Salud.
Que la festividad sea para compartir en familia y no que en Navidad y Año Nuevo tengamos que pasar en luto. Dr. Eduardo Jara, director de 3ª Región Sanitaria.