El técnico sacó esta conclusión en base a un análisis del mercado paraguayo en cuanto a generación de empleos y al relevamiento de datos sobre el desarrollo tecnológico alcanzado en las empresas y puestos laborales.
Apella indicó que, desde el punto demográfico, Paraguay es uno de los países más jóvenes de la región, aunque se encuentra iniciando su transición demográfica hacia una población más envejecida; es decir, comenzando lo que comúnmente se conoce como el bono demográfico.
Esta característica, que lo distingue de la mayoría de sus países vecinos, es una fuente potencial de crecimiento económico para las próximas décadas -afirmó el técnico durante su presentación-, la cual debería ser aprovechada desde su inicio para sentar las bases del crecimiento, una vez que el país ingrese en la etapa de envejecimiento.
“Los desarrollos analíticos recientes sugieren que mientras la etapa del bono demográfico se caracteriza por ser la más favorable para el crecimiento económico, una vez finalizada y entrado en la etapa de envejecimiento, esta puede ser fuente de restricciones e incluso de inestabilidad macroeconómica”, sostuvo Apella.
Desde esta perspectiva, uno de los desafíos que enfrentan los países de la región es lograr mantener tasas sostenidas de crecimiento del producto interno bruto (PIB) per cápita una vez alcanzada la etapa de envejecimiento. “En otras palabras, el reto de los países que transitan hacia una sociedad envejecida es lograr ‘hacerse ricos antes de hacerse viejos’”, adujo el técnico del Banco Mundial.
educación y tecnología. Paraguay alcanzará el crecimiento económico solo una vez que cambie el sistema educativo desfasado y obsoleto, reduzca el aún alto nivel de informalidad, creando empleos de calidad para la población más joven, refirió Apella.
Agregó que la transición demográfica está sucediendo a la par de otra tendencia global: el cambio tecnológico y la automatización de tareas.
“Para aprovechar las oportunidades que crean las tecnologías de innovación, los trabajadores necesitan contar con habilidades que les permitan desempeñarse de forma eficiente en los nuevos entornos productivos y que se complementen con dichas tecnologías”, indicó.
En ese sentido, Apella dijo que las habilidades de mayor demanda en los próximos años no serán técnicas, sino de alto orden cognitivo y socioemocional.
“Por lo tanto, el sistema de formación de Paraguay debería concentrar sus esfuerzos en proveer estas habilidades no solo a las nuevas generaciones que se incorporarán al mercado de trabajo, sino también a los trabajadores actuales”, concluyó.