Pero en medio de eso, dejaron a su paso una oposición avasallada y hasta raleada con la expulsión de una de sus referentes que se convirtió en la piedra del zapato del oficialismo, Kattya González.
La agenda ciudadana queda en segundo plano: Medidas urgentes en materia de salud, educación y solución al problema de movilidad.
En un balance de gestión, se destacaron los principales logros, pero no lo hicieron justamente los cartistas de pura cepa, sino sus aliados que les siguieron el juego e incluso azuzaron en algunos casos.
Ala dura. El incipiente cartista Silvio Beto Ovelar había sido premiado con la presidencia del Congreso en el primer periodo que termina.
Aunque intentó transmitir una postura supuestamente más crítica, fue fiel a los pedidos del principal líder, Horacio Cartes, no precisamente del presidente de la República, Santiago Peña.
Ahora Beto se despide para dar paso al ala dura de Honor Colorado, Basilio Núñez, quien asume mañana y no tiene ningún interés en caer bien a los opositores, y menos a escuchar sus reclamos.
Como lo hizo en su momento con la Unión Europea, planteando la derogación del convenio, que había generado una feroz polarización, ahora Bachi va tras las oenegés.
Él refleja todo lo que se le cuestiona justamente a su sector que es la prepotencia y el autoritarismo. Mantiene la sangre en el ojo a los disidentes a quienes no perdona la alianza con la oposición, pasando por alto que en su momento también HC lo hizo para atropellar con la enmienda de sangre pro reelección presidencial.
Los logros de HC. Lo que más celebran los cartistas de la mano de sus aliados es que hayan podido aprobar todos los proyectos provenientes del Ejecutivo, comenzando por el Ministerio de Economía y la Dirección de Ingresos Tributarios, que se crearon con la fusión de varios entes.
Varios créditos aprobados, entre ellos, la emisión de bonos hasta un monto de USD 600 millones para el pago de vialeras y farmacéuticas, que hasta había generado acusaciones por supuestos casos de conflicto de intereses.
La ratificación del Convenio con la Unión Europea, también estuvo en la lista de los destaques, obviando que ellos mismos habían impulsado la derogación, bajo la batuta de Bachi como diputado.
Hambre Cero, que había propiciado el desfinanciamiento de varios programas de intento social, se considera una bandera del cartismo.
La otra cara de la moneda. Desde la oposición, el balance es que fue un año difícil y doloroso para la democracia, que fue lo que se escuchó en la última sesión de este periodo.
Entre los principales reclamos figuran la falta de debate y la censura en el tratamiento de proyectos de ley que fueron aprobados sobre tablas y sin dictámenes de comisiones.
Además, se considera que fue un año en el que quedó debilitada la democracia, y tiene que ver justamente con la expulsión de Kattya, y aún abogan por su retorno.
Bajo la alfombra. Hubo varios temas polémicos que los propios cartistas generaron, pero que les da una especie de urticaria cuando salen a flote.
Se habían abroquelado en su momento para salvar de una pérdida de investidura para Hernán Rivas, acusado de obtener un título falso de abogado; pero sin chistar expulsaron a Kattya, sin que pese sobre ella una cuestión judicial. Sin empacho, posteriormente, recurrieron al invento de un desdesafuero nuevamente para salvar a Rivas y a Erico Galeano, pero hubo una reculada, como ya se dio en varios otros casos.