Tendrían que estar jugando con sus compañeras y amigas, estudiando, trazando un futuro el cual habrán imaginado cientos de veces, o idealizando a su esperado príncipe azul; pero eso no les ocurre a numerosas adolescentes, cuyo día a día transcurre formando filas en los pasillos de los abarrotados hospitales, junto a otras futuras madres niñas, de su misma edad.
Cada vez son más los casos de adolescentes embarazadas y las madres cada vez son más jóvenes en Itapúa. Es común ver en el Hospital de Encarnación su adolescente figura cargando un bebé o con el vientre hinchado gestando una nueva vida.
En Itapúa confirman el embarazo de una adolescente por día. “Veíamos que anteriormente los casos se daban en una franja etaria comprendida entre los 17 y 18 años, pero en la actualidad la referencia bajó la edad, y los casos aumentan en adolescentes de 16 años e inclusive mas jóvenes”, explicó la ginecóloga Nilsa Cabrera, responsable de Salud Sexual y Reproductiva, que atiende a diario a estas niñas madres en el Hospital Regional de Encarnación.
“Nos damos cuenta de que la educación sexual está fallando en la casa, en los colegios, preocupa la falta de conocimiento de la importancia del control prenatal, en adolescentes como en adultos”, lamentó la profesional.
NO PLANIFICADO. Son historias que se repiten hasta el hartazgo, diferentes, pero con la misma consecuencia, un embarazo no deseado y un hijo no planificado. “En 99% de los casos, los embarazos no han sido planificados, esa nena no trabaja, no tiene el dinero para poder costearse los cuidados prenatales, como por ejemplo una ecografía cromosómica que se realiza a las 11 semanas para detectar posibles malformaciones en el bebé, y esa futura mamá va llegar al parto sin que se le haya podido derivar con tiempo a otro lugar”, explicó.
Manifestó que la cantidad de embarazos aumentan, en todo el grupo etario, sin discriminación, y considerablemente en las adolescentes.
“Son el grupo condenado a no tener un proyecto de vida, en donde se limitan a tener hijos, es imperiosa la necesidad de hablar de la sexualidad desde niños, todos nacemos con nuestra sexualidad y es natural que en la familia se hable de ello, en las escuelas insistir en el cuidado de la salud sexual y hacerlo con responsabilidad”, reclamó.
No hay castigo para los responsables
Un factor predominante, según la abogada Lilian Ramírez, del Departamento de Bienestar Social del Hospital –donde son atendidos 10 a 12 casos por semana–, es la falta de castigo a responsables. Cuenta que existe un protocolo a nivel nacional sobre la salud sexual de la niña o niño, “cuando una niña está embarazada se le hace un seguimiento; lamentablemente, la mayoría de estas niñas madres no se encuentran escolarizadas. Hoy estamos comunicando a la Defensoría Pública de todos los casos que recibimos en donde el responsable del embarazo es un mayor de edad”. Comentó que la experiencia no ha sido fructífera con el Ministerio Público, pues no ha tomado conocimiento de que las denuncias hayan tenido como final el castigo al responsable del embarazo. “Cuando un hombre mantiene relaciones con una menor de 13, 14 años, se califica como violación; si lo hace con una de 16 es estupro, de los casos que denunciamos no hubo castigo (...); lo contrario está ocurriendo con la Defensoría”, dijo.
Hay casos de menores de 13 años que se refieren a su compañero como su novio o concubino, “casos en donde la menor prácticamente es entregada a un mayor por razones económicas”, dice.