A cuidarse. La capa densa de humo que cubre el cielo de Asunción y Central es “como si alguien nos estuviera fumando encima” y afecta directamente la salud de la población, advierten desde la cartera sanitaria. La exposición prolongada a este tipo de contaminación puede dañar seriamente varios órganos del cuerpo, así como derivar en problemas respiratorios y oftalmológicos que requieren atención inmediata.
Esta polución ambiental se debe a la creciente ola de incendios forestales que afectan al país y regiones vecinas, como el Chaco, Bolivia y Brasil.
CALIDAD DEL AIRE. Desde hace varias semanas, los niveles de partículas en el aire superaron los límites considerados seguros para la salud humana. El médico neumólogo Carlos Morínigo alertó sobre la presencia de partículas PM2.5, cuyo tamaño, inferior a 2.5 micras, les permite penetrar profundamente en los pulmones y causar graves problemas respiratorios, sobre todo durante actividades al aire libre. En Asunción, este nivel de material particulado es actualmente veinte veces superior al valor guía anual de calidad del aire de la OMS.
Estas partículas pueden provocar síntomas, como irritación ocular, tos seca, picazón en la garganta y dificultades respiratorias. El Ministerio de Salud emitió una serie de recomendaciones para el cuidado de los ojos ante la exposición al humo, ya que este puede deteriorar la fina capa que protege los ojos, provocando conjuntivitis.
Para proteger los ojos del humo, se aconseja evitar las actividades al aire libre en las zonas afectadas, utilizar gafas protectoras, y, en caso de exposición, lavar los ojos con agua o aplicar compresas frías. El uso de lágrimas artificiales también es recomendado para mantener los ojos hidratados y eliminar las partículas nocivas que ingresan al ambiente ocular.
ATENCIÓN CON LOS NIÑOS. Por su parte, la Sociedad Paraguaya de Pediatría, a través de su Comité de Neumología, llamó a reducir la exposición al aire libre, recomendando que los niños permanezcan en espacios cerrados y que se utilicen purificadores de aire en la medida de lo posible.
Asimismo, los profesionales de la salud enfatizan en la importancia de que los niños con condiciones como asma o alergias sigan al pie de la letra sus tratamientos y mantengan accesibles sus inhaladores y otros medicamentos de emergencia. En esta situación, la hidratación también es fundamental, ya que ayuda a mantener las vías respiratorias limpias y contribuye a eliminar las toxinas.
El jefe de la Cátedra y Servicio de Neumología de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA, Dr. Sergio Aquino, advirtió que la mala calidad del aire no solo afecta a personas con enfermedades respiratorias preexistentes, sino también a individuos sanos.
“Las exacerbaciones respiratorias son comunes en estos escenarios, especialmente en grupos vulnerables como niños menores de 6 a 8 años, adultos mayores de 60 años, y personas con enfermedades respiratorias crónicas, alérgicas, asmáticas, fumadores, pacientes oncológicos, reumatológicos, diabéticos e hipertensos”.
Aquino insta a seguir estrictamente las recomendaciones, como usar mascarillas especializadas que filtren partículas finas y mantener los ambientes interiores lo más limpios posible.