El DT Gerardo <em>Tata</em> Martino cambió la intención original y trasladó a todos sus hombres al recinto de entrenamiento. Cuando, en principio, estaba previsto que solo los que no jugaron ante el conjunto centroeuropeo salieran a ejercitarse y el resto permanezca en el gimnasio del hotel con trabajo de recuperación.
Sin embargo, todos saltaron al césped de entrenamiento, donde permanecieron durante noventa minutos. Eso sí, separó en dos grupos a los protagonistas. Martino estuvo al tanto de toda la sesión.

Por un lado, los que tuvieron participación en el partido ante Eslovaquia, con un entrenamiento más suave supervisado por lo preparadores físicos. Ejercicios de estiramiento y mantenimiento, práctica regenerativa para cuidar la puesta a punto.
Con más intensidad trabajó el resto, que realizó una práctica habitual que culminó con un partido a lo largo del terreno de juego contra el equipo sub 20, que se encuentra en Sudáfrica para auxiliar en las sesiones al combinado principal.
Fue Martino el que supervisó el entrenamiento de los no habituales, el que acentuó la preparación en el partido de práctica, donde insistió en el movimiento de balón y en la profundidad de las puntas.
Al margen de todo continuó Jonathan Santana, la única baja segura con la que por ahora cuenta. El centrocampista del Wolfsburgo, lastimado en el primer encuentro, ante Italia, padece una contractura en la cara posterior de su muslo izquierdo. Entrena a otro ritmo, bajo los cuidados del médico y el fisioterapeuta. Martino espera que llegue a punto para las eliminatorias.
Del partido ante Eslovaquia no hubo secuelas físicas. Nada más allá de los habituales golpes, que no hacen pensar en contratiempos para el duelo contra Nueva Zelanda.
Paraguay necesita un punto para cerrar su clasificación para los octavos de final del Mundial, del encuentro ante el conjunto neocelandés, el próximo jueves, en Polokwone, a las 10 (hora paraguaya). EFE