“Le he encontrado otros alicientes al escenario. Ahora no tengo que hacer 120 conciertos en 90 días. Los distancio más y lo elijo mejor”, subrayó el cantante madrileño Alejandro Sanz.
El fin último de un artista, afirma, es “subirse a un escenario; poder presentar su música en vivo, ese es su sueño, no hacer entrevistas”, bromeó.
La longevidad de una gira, dijo, “depende mucho de las ganas de continuar en la carretera y también de la demanda de la gente. Espero estar bastante tiempo con ella. Disfruto mucho y la gente sale feliz”.
Mañana sale a la venta #LaGira de #ElDisco, una edición especial que incluye el concierto grabado en el Wanda Metropolitano el pasado 15 de junio, resumen de #LaGira con la que ha pasado por España, Estados Unidos y México, más el CD original y el DVD de aquella actuación.
Si en la portada de #ElDisco el músico aparecía retratado de negro riguroso con las manos llenas de pintura roja, en esta edición especial aparece con vaqueros, chaqueta clara de lino y camiseta blanca, pero en la pared sigue la pintura roja.
Sacó ese CD en abril y lo presentó como “un álbum multicolor con trazos arriesgados” y tras estos meses, dice, descubrió “muchas más cosas”, como le ocurrió con Más.
“Lo escuché por casualidad en el coche de un amigo y vi que allí había muchas cosas escritas con el subconsciente, anhelos y esperanzas. Seguro que este disco me va a mostrar cosas de mí mismo que me pasaban inadvertidas”, asegura sobre ese trabajo, doble platino en España.
Está convencido de que tanto quienes estuvieron en el concierto del Wanda como quienes no fueron disfrutarán mucho con la edición especial que sale mañana, aunque de aquella noche sacó una lección que aplicará en lo sucesivo para ese recinto: anularán las diez últimas filas del estadio porque allí se produce el “bucle” de sonido que provocó que tuvieran que reubicar a varios fans porque no lo escuchaban.
“Llevo al mejor ingeniero del mundo conmigo, Fernando Díaz, y nos felicitan en todo el mundo por el sonido, que es de mucha calidad”, aseguró el artista, que asegura que la grabación esta “sin retocar”, muestra de “la perfección de lo imperfecto”, se ríe.
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En ese concierto, Camila Cabello apareció por sorpresa para interpretar con él Mi persona favorita, Sara Baras para bailar El alma al aire, Dani Martín en la popera Lo que fui es lo que soy y Pablo Alborán en No tengo nada.
Quiso incluir en el título la almohadilla (#) acompañando a ElDisco porque mientras que este es “un objeto en extinción”, el signo es “el presente”, la actualidad.
Esa “dualidad” es la que le describe, dice, porque él pertenece a una generación (1968) que “está a caballo entre una revolución y otra, la cibernética. Hay que adaptarse a marchas forzadas”.
No se esperaba el éxito que tuvo con el disco, porque él no trabaja esperando “hits”, pero reconoce que ha sido “muy premiado” en todos los sentidos, tanto por el público que ha agotado las entradas en sus conciertos como por la crítica y la industria: “todo es consecuencia de hacer las cosas con cariño y ganas”, sostiene.
Le acaban de conceder otros tres Grammy Latinos, y ya van 24, y el día 26 de enero, en una ceremonia en el Staple Center de Los Ángeles, sabrá si suma otro a los tres Grammy Awards que ya tiene gracias a su candidatura a Best Latin Pop Album.
“Fue una gran noche para la música en español en la que Rosalía se llevó otros tres. Me gustó mucho la diversidad del escenario, la respuesta de la gente, ver a Vicente Fernández, a su hijo y su nieto. Me fascinó, fue muy bello para mí", recuerda.
Sobre sus expectativas sobre un nuevo Grammy, asegura que procura no ilusionarse demasiado porque son “muchos haciendo música y todos con su aquel”, pero subraya que tiene “las mismas posibilidades que los demás”.