19 dic. 2024

Alertan que cauces con basuras hasta pueden producir efectos cancerígenos

Contaminantes físicos, químicos y biológicos son capaces de generar desde enfermedades crónicas, infecciosas, pulmonares y hasta cánceres. Monitoreo de calidad de agua y conciencia son claves.

Uno de los casos recientes de alteración de cauce hídrico ocasionó la mortandad de peces en el arroyo Itá Cajón del barrio Ykua Duré, de la ciudad de Luque. El hecho fue alertado por algunos pobladores. Estiman que fue producto de efluente industrial.

Sobre el punto, el director de fiscalización del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades), Julio Mareco, señaló que la verificación de peces muertos fue realizada el sábado pasado, pero no encontraron el origen de la alteración puntual. Detalló que recién hoy realizarían un recorrido con representantes de la Municipalidad de Luque para verificar si vendría de alguna fábrica.

En la jornada de ayer el arroyo volvió a lucir un aspecto relativamente cristalino. Sin embargo, en el entorno del cauce se observa todo tipo de desechos sólidos y malezas.

Impacto en la salud. Al igual que este curso de agua, otros arroyos de Asunción y el Departamento Central, principalmente, son utilizados como vertederos, tanto para residuos domiciliarios como de industria.

La doctora especialista en salud ambiental y ocupacional Laura Flores resaltó que tener un cauce hídrico colmatado de desechos puede significar daños para la salud humana, la fauna y la flora.

“Tenemos contaminantes físicos, químicos y biológicos que pueden generar desde enfermedades crónicas, infecciosas, pulmonares, cánceres”.

Los efectos en humanos, explicó, son por bacterias, hongos, virus, protozoarios que pueden entrar en contacto con la piel o ingesta. “Pueden haber lesiones, dermatitis, dermatosis enfermedades gastrointestinales, bacterianas”.

El mal manejo de los residuos sólidos que terminan en cauces también genera proliferación de vectores que luego se traducen en casos como dengue.

En cuanto a contaminantes químicos, citó los metales pesados y contaminantes orgánicos persistentes que no se degradan en el ambiente.

“Pueden generar hasta cáncer. También enfermedades crónicas, transmisibles, alteraciones hormonales, trastornos en niños recién nacidos a nivel neurológico, alteración cognitiva. Dependiendo del químico puede haber enfermedades renales, cardiacas y hepáticas”.

La presencia de metales pesados puede estar en pilas que contienen plomo, cadmio y mercurio, relató. También las baterías, termómetros, aparatos de presión, fluorescentes poseen mercurio. Por ello, consideró que deben tener una disposición final diferencial.

Indicó que es clave la vigilancia de la calidad de agua, sobre todo la de consumo. “Debemos incluir en ese monitoreo no solo el perfil físico, químico, biológico sino también buscar metales pesados”.

Además de que las autoridades hagan cumplir las normativas, y la toma de conciencia en el hogar, comentó que las empresas deben asumir una responsabilidad importante. “Muchas veces se piensa que es para abaratar costos, pero puede salir mucho más caro porque los recursos naturales pueden acabar”.

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