A más de un siglo de su irrupción en nuestra civilización, el cine es plenamente reconocido como un potente comunicador de ideas, amén de sus otras potencialidades. Como máximo representante de la industria cultural, su capacidad de llegada a un público masivo es aun admirable, y compite con la televisión, el internet y sus redes sociales, los cuales muchas veces lo potencian y reproducen. En este sentido, también se ve determinado por las leyes del mercado, lo que, entre otras cosas, posiciona cierto tipo de películas por encima de otras, lo que a su vez lleva a una hegemonía de cierto lenguaje y estéticas cinematográficas en desmedro de otras. Las salas de Asunción y del interior no son una excepción a esto, pues en su mayoría ofrecen en cartelera solo un tipo de cine que por tanto repetirse induce al público a creer que es lo único que hay. Es una maquinaria que funciona casi a la perfección.
Sin embargo, existen circuitos alternativos en todo el mundo que permiten la llegada de otras miradas. Los festivales de cine cumplen ese cometido y en Asunción está en pleno desarrollo su festival número 27. Este año ha logrado una campaña publicitaria que se centró en el eslogan Necesitas ver algo distinto, lo que revela a las claras lo que implica el evento; justamente, otro cine, otra estética, es la propuesta central, lo que significa también toda una misión educadora en el sentido de mostrar la diversidad y las múltiples voces y visiones, y otras infinitas posibilidades del cine en el mundo, acentuando de manera especial su lado artístico.
Mostrar otras opciones no solo es abrir la mente del espectador, sino también abrir mundos, en el sentido de mostrar otros lenguajes que ven y explican la realidad de manera distinta a la nuestra. En estos tiempos de globalización el festival muestra cada año otras voces, otros ámbitos, y esta vocación cosmopolita es lo que más contrasta con lo que en el resto del año llega a las salas comerciales. Solo en este espacio es posible ver producciones de Oceanía, Asia, África, América Latina y Europa compartiendo el mismo espacio con las hegemónicas en inglés provenientes de los grandes estudios de Hollywood. Muchos de estos títulos llegan avalados por premios internacionales otorgados por gente que conoce del tema, lo que garantiza su calidad.
Es la cruzada número 27, una que jamás podrá contra la arrolladora visión hollywoodense, pero que tiene la relevante misión de educar nuestra mirada, nuestro gusto, lo que no es poco en estos tiempos de la civilización del espectáculo. En dos salas del Cinemark, hasta el 4 de octubre, se ofrece esta oportunidad visual única de ver un cine distinto. Anímese.