Los agentes fiscales Irma Llano y Silvana Otazú, de la Unidad Especializada de Delitos Informáticos, llegaron hasta la vivienda de Fabián Martí, quien sería el ideólogo de la red de hackeadores de líneas telefónicas. Martí fue director de la Dirección General de Estadísticas y Censos (DGEC) en el 2013.
La vivienda está ubicada en la Zona Sur de Fernando de la Mora, Departamento Central. El procedimiento comenzó en la noche del martes y finalizó durante la madrugada de este miércoles.
Martí, quien cuenta con una orden de captura en su contra, no se encontraba en el lugar y su familia dijo desconocer el paradero del mismo, informó el fotorreportero de Última Hora Juan Agüero
Los fiscales recabaron teléfonos, varios chips, tarjetas de memoria y varios documentos para seguir con la investigación del caso. Además, inspeccionaron todos los vehículos que estaban en la casa.
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Otazú dijo que no se descarta la participación de otras personas más.
En el marco de la investigación fiscal, fue imputado Luis Bordón, por los hechos punibles de acceso indebido a datos, acceso indebido a sistemas informáticos y asociación criminal, junto con otras dos personas, identificadas como Liz Carolina Centurión González y Fanny Ayala.
No es la primera vez que Bordón es vinculado a este tipo de hechos, ya que posee antecedentes por delitos informáticos.
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Entre los usuarios afectados por el hackeo se encuentran el ex parlamentario Óscar Tuma, el diputado Carlitos Rejala y los periodistas Jorge Torres y Clari Arias.
Las víctimas se percataron de lo ocurrido cuando no pudieron acceder a su cuenta de WhatsApp y también tenían problemas para acceder a su línea telefónica o no contaban con cobertura.
Policía continúa con más investigaciones
Por otra parte, el comisario Nimio Cardozo, jefe de Antisecuestros de la Policía, comentó a Monumental 1080 AM que continúan con las investigaciones sobre el caso y no se descarta que más personas “conocidas” sean víctimas del hecho.
“Tenemos mucha información sobre el caso, estamos tratando de reducir la cantidad de hipótesis que manejamos y creemos que en la semana podríamos tener más detalles”, adelantó.
El comisario refirió que las personas detenidas operaban con detectives privados y solo entregaban informaciones a las que podían acceder en un corto tiempo a través de la suplantación de chips.
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De acuerdo con el avance de las investigaciones, la red que operó en este hecho estaba conformada por varias personas. Lo que hacían primeramente era identificar plenamente el número telefónico de las víctimas a quienes ellos iban a duplicar el chip.
Posteriormente, iban hasta un local a realizar una minicarga, y con eso generaban la obtención de la identidad plena de la víctima. Luego, buscaban un lugar donde ellos podían solicitar la reimpresión del simcard y una vez reimpreso, en el menor tiempo, colocaban en algún teléfono y marcaban las aplicaciones que eran de estas personas.
Para los efectivos, no es un sistema de clonación; sí es una suplantación del chip, con lo cual podían acceder a todas las aplicaciones y la información que podía estar en el teléfono.