Aníbal Báez, responsable de la Zona Operativa Regional 10 del Senepa, mencionó que a través del Grupo de Trabajo de Salud de la Itaipú Binacional, están siguiendo de cerca esta iniciativa que tiene como objetivo reducir y evitar nuevas epidemias de dengue.
“Hasta el momento, es un trabajo de laboratorio. Se está buscando la forma de implementar la Wolbachia en las ciudades fronterizas. Es un mosquito de laboratorio. En este caso, se busca que el macho esterilice a la mosquita y cortar la transmisión de enfermedades como dengue, zika o chikungunya”, explicó.
A través de los huevos en el laboratorio, se empieza a trabajar en la producción de esos mosquitos infectados con la referida bacteria. “El mosquito macho, en este caso, es el que tiene la bacteria y la transmite a la hembra al aparearse, volviéndola estéril, lo cual corta la transmisión al picar a una persona enferma y luego a una persona sana. Como se sabe, la hembra es la que transmite la enfermedad”, remarcó.
Limpieza. En palabras de Báez, a la luz de la experiencia en otros países, los resultados son auspiciosos, pero aclaró que la efectividad no es del 100%. “Se sigue estudiando este proyecto, porque se requiere de una infraestructura grande para producir la cantidad de mosquitos necesaria para cubrir los grandes distritos. El equipo técnico del Senepa está acompañando el proceso y observando cómo evoluciona este trabajo”, dijo.
Por ahora, no se habla de replicar el proyecto en el lado paraguayo del río Paraná. Báez mencionó que siguen apostando y trabajando en campañas de eliminación de criaderos de mosquitos. “Para nosotros, es el método más efectivo. Al eliminar el criadero, no existe el mosquito y, con ello, no existe la enfermedad. Esa es la regla básica. Seguimos intensificando las tareas de rastrillaje, mingas ambientales y las campañas educativas, principalmente en escuelas y colegios, enseñando a los niños cómo mantener sus viviendas e instituciones educativas libres de criaderos”, repuso.
Biofábrica. El pasado lunes, con el apoyo de la entidad binacional, el Ministerio de Salud de Brasil y la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz), el Instituto WMP (Programa Mundial Mosquito), el gobierno de Paraná y la ciudad de Foz de Yguazú, se inauguró una biofábrica para desarrollar el proyecto en Foz de Yguazú.
Foz y Londrina están entre las seis ciudades seleccionadas en Brasil para participar en las etapas finales del método. Hay planes para instalar otra biofábrica en Curitiba. De acuerdo con la Secretaría de Salud del Estado de Paraná, hasta la semana pasada, el vecino estado brasileño registró 8.995 casos de la enfermedad y 22 fallecimientos, de los cuales casi la mitad corresponde a Foz.
Según se explicó, los mosquitos que serán liberados en el ambiente no son genéticamente modificados y no son transmisores de otras enfermedades. El método redujo en un 96% los casos de dengue en Australia, donde se desarrolló el proyecto en 2009.
La biofábrica producirá aproximadamente 1.300 mosquitos por semana. Estos insectos serán liberados durante 20 semanas y abarcarán aproximadamente el 50% del territorio de Foz de Yguazú, según explicó Diogo Chalegre, del Instituto WMP. Por ahora, no hay fecha para el lanzamiento de estos insectos.
“Antes de la liberación del mosquito, se realizará primero un gran trabajo de campo, informando a la población, líderes vecinales, sector educativo, salud y social sobre lo que vamos a realizar”, remató.