Tras una solemne misa, los egresados recibieron los diplomas de graduados de la mano de sus propios padres.
Alcibiades Valenzuela, padre de uno de los chicos, manifestó estar triste porque no se sienten acompañados por el colegio, después de 14 años. Dijo que un solo profesor acompañó el acto y lamentó que las autoridades jesuitas del país nunca hayan optado por el diálogo.
Aparentemente, los chicos luego de un intercolegial tuvieron problemas que no fueron solucionados con los docentes. Fueron acusados de vandalismo y de arrojarle comida al director.
ÚH intentó hablar con el director Riveros, pero no se encontraba más en el colegio.