“Alvar Aalto 1898-1976. Arquitectura orgánica, arte y diseño” es el título de la muestra que se puede ver desde mañana en una gran retrospectiva organizada por la Obra social “La Caixa” junto con Vitra Design Museum, en Alemania, y el Museo Alvar Aalto de Finlandia, sobre una de las figuras de la vanguardia artística y arquitectónica del siglo XX.
Sus edificios, como el Sanatorio de Paimio para tuberculosos (1933) o la Villa Mairea (1939), ambos en Finlandia, plasman una magistral interacción de volúmenes, formas y materiales orgánicos. Su silla Paimio (1931-1932) y su Taburete 60 (1933) fueron hitos del desarrollo del mobiliario moderno finlandés.
La muestra incorpora un análisis contemporáneo en el que la afinidad de Aalto con la forma orgánica se relaciona con el estrecho diálogo que tuvo con otros artistas de su época, como László Moholy-Nagy, Jean Arp, Alexander Calder o Fernand Léger.
En total se exhiben 350 piezas, entre maquetas, muebles, lámparas, dibujos originales, fotografías históricas e imágenes nuevas a cargo de Armin Linke.
La muestra también incorpora el paso por España del arquitecto en 1951, durante dos visitas a Barcelona y a Madrid, Conoció la obra de Gaudí y visitó el Escorial, “símbolo de la arquitectura oficial”.
Volvió a regresar en el mes de noviembre del 51 para hacer una ruta por Granada y el norte de Marruecos. Además redactó el “Manifiesri de la Alhambra”, en Madrid en 1953, que recuperaba el espíritu del Movimiento Moderno de España.
Aalto concebía y diseñaba proyectos pensando en las personas como elemento protagonista y para ello reclamaba tener en cuenta la forma de percibir el entorno.
En sus proyectos, la vista, el odio, el espacio y las luces desempeñaban un papel relevante, al igual que los materiales y “las superficies de uso”, creando para los habitantes y usuarios una especie de segunda naturaleza.
Su prolífica carrera abarca desde principio de los años veinte hasta los años setenta, con 400 edificios y docenas de muebles, objetos y lámparas. El arquitecto culminó con encargos a gran escala, como el Palacio de Congresos y sala de Conciertos, en Helsinki (1975), que terminó un año antes de su muerte, y la Ópera de Essen (Alemania), que se terminó póstumamente.