pedido. La organización católica Cáritas pidió ayer al Consejo de Seguridad de la ONU que garantice el acceso de la vacuna anti-Covid a todos los países, en particular a los más pobres de América Latina, África y Asia. En una declaración conjunta, los cardenales Luis Antonio Tagle, presidente de Caritas Internationalis y Peter Turkson, prefecto para la promoción del Desarrollo Humano Integral, pidieron una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU. Los purpurados, en representación de las organizaciones católicas que prestan ayuda en más de 160 países, así como de la jerarquía de la Iglesia Católica, señalan que las vacunas ofrecen muchas esperanzas tras la pandemia que se cobró la vida de más de 2,2 millones de personas en el mundo, pero esos remedios también amplió la brecha de la desigualdad. AFP
En América Latina, la segunda región del mundo con más muertos por coronavirus, una misma escena de desesperación se repite: gente haciendo filas eternas o pagando altos precios por un tanque de oxígeno mientras muchos enfermos mueren asfixiados en los hospitales. Bajo un sol abrasador en la amazónica Manaos, Brasil, o en la fría noche en las afueras de Lima, en Perú, miles de personas peregrinaron en las últimas semanas en busca del vital gas para aliviar a sus familiares contagiados. La pandemia, que en Latinoamérica deja ya 19,1 millones de contagios y más de 606.000 muertos desde el primer caso confirmado hace casi 1 año en la región, ha disparado la demanda de oxígeno medicinal. Yamil Antonio Suca llegó en la madrugada a un centro de distribución en El Callao, el puerto contiguo a la capital peruana, confiando estar entre los afortunados que consiguiera llenar su cilindro. Otros a su lado llevaban 2 o 3 días de espera. “Mi papá tiene Covid, tiene 50 años y necesita el oxígeno, su saturación está muy baja”, contó este estudiante universitario de 20 años.