A Liliana López (32) la maternidad le permite ser altruista. El nacimiento prematuro del segundo hijo, Pablo de Jesús, con solo 32 semanas y 1 kilo 330 gramos, incidió para que ella sea una madre donante del Banco de Leche Humana del Hospital San Pablo.
El bebé prematuro está internado en terapia hace más de 20 días. La madre, de oficio limpiadora, extrae leche con sus manos, masajeando los senos y la coloca en un pote pequeño. Una parte del blanco líquido se usa para alimentar al hijo, el resto dona al Banco de Leche. Liliana luce cansada y tiene una mirada melancólica. Está sentada, trata de sonreír, pero sus ojos delatan tristeza.
Es una madre real y heroína. La joven vive en el albergue hace casi 20 días. Tiene el pelo atado, usa zapatillas, una remera de color verde agua y viste un pantalón camuflado, tal vez como una representación simbólica de la batalla de Pablo para alcanzar el peso ideal y recuperarse de un daño cerebral. El objetivo es conseguir el alta médica para ir a la casa.
“Tengo mucha leche”, dice mientras muestra cómo extrae en un pote de plástico, al cual después de llenar le coloca el nombre y la fecha. Casi 50, 40 o 100 ml de leche extrae varias veces al día, dice, y sonríe.
Liliana tiene otro hijo, Blas Ismael (8), al cual ve solo algunas veces. Ella casi no duerme, a veces le toca hacer guardia en terapia intensiva junto a otras madres, que viven con angustia día a día, en espera de que los bebés ganen la batalla.
Celeste Méndez (30), de profesión ama de casa, viste un buzo de color blanco y una remera negra. Camina con un aire optimista por los pasillos del nuevo Hospital San Pablo. Su segunda hija, Amelie Juliette, nació prematura con solo 32 semanas y 1 kilo 198 gramos. La bebé está internada en terapia hace más de tres semanas. Celeste también es donante de leche humana.
“Es mil veces mejor la leche materna que la de fórmula. Tiene que ganar peso porque nació muy chiquita. Por suerte sale bastante leche. Lo que queda dono. Me siento superbién porque sé que si mi hija necesita también le van a dar”, cuenta.
Amber Juliette es su otra hija, que también nació prematura, pero no consumió leche materna y fue más difícil el aumento de peso durante la internación en terapia.
“Este proceso no da gusto, pero está viva. En nuestro caso no nos queda de otra que ser fuertes. Da gusto verle a tu bebé cuando sube un gramo, porque es para celebrar”, dice.
Pese a la adversidad, las madres demuestran un acto altruista de amor con la donación de leche humana.
Sale bastante leche. Lo que queda dono. Me siento bien porque sé que si mi hija necesita también le van a dar. Celeste Méndez, donante.
Banco de Leche alimenta a más de 1.000 bebés
Un promedio de 1.000 recién nacidos reciben leche donada cada año. El primer Banco de Leche Humana se habilitó en el Hospital San Pablo en el 2010.
“La madre que dona, no solamente dona leche, dona amor, dona vida. Da un poco de sí en cada gota”, valora la doctora Marta Herrera.
La donación se entrega para bebés que se encuentran internados en cuidados intensivos en el sector público y en el privado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) resalta que la leche materna debe ser el alimento exclusivo de los bebés durante los primeros seis meses. La leche materna aporta energía y nutrientes, fomenta el desarrollo sensorial y cognitivo, protege contra enfermedades infecciosas y crónicas. Además, la lactancia materna exclusiva reduce la mortalidad del lactante por enfermedades frecuentes en la infancia, tales como la diarrea o la neumonía.
Las madres que deseen donar pueden inscribirse al (0981) 990-481. Funcionarias del banco visitarán a las donantes para enseñarles las técnicas de extracción y conservación.