Para Alejandro Daniel Giménez (32) y Clara Noemí Verón (26), este momento significó la materialización de un anhelo postergado por años. Tras una década de noviazgo, finalmente, pudieron casarse gracias al apoyo de la Fundación Santa Librada, que exoneró todos los gastos de la boda. Alejandro, reconocido yuyero de la ciudad, compartió su emoción:
“Siempre soñamos con este día, pero las cuestiones económicas nos lo impedían. Hoy es una realidad, y no podríamos estar más felices”, expresó con gratitud.
Otra pareja, María Mercedes Vázquez (29) y Francisco Oviedo (34), vio en esta oportunidad una verdadera bendición. “Somos católicos practicantes, pero no podíamos comulgar. Esperábamos este momento desde hace mucho, y hoy, con nuestro bebé de seis meses en brazos, sentimos que este es un regalo caído del cielo”, relató María Mercedes, conmovida.
TRES DÉCADAS DE AMOR. Entre los recién casados, Fernando Mendoza (55) y Felicita Portillo (52) se destacaron por una historia de amor que ya suma 32 años juntos y cinco hijos. Para ellos, casarse por la Iglesia era el último paso pendiente en su vida en pareja.
“Estoy feliz porque nuestros hijos y nietos pudieron vernos cumplir con este sacramento. Antes no teníamos la oportunidad para casarnos y ahora ya nos ven aquí mediante la Fundación Santa Librada”, señaló la pareja oriunda de la Tuyuti Guasu, Villarrica.
Familiares, amigos y vecinos acompañaron a los novios en un ambiente cargado de sentimientos. Monseñor Miguel Ángel Cabello, obispo de la Diócesis de Villarrica, dirigió la homilía y destacó el poder del amor en la construcción de una familia sólida. “Dios mismo nos dice que el cristiano es el amor y sin el amor no somos nada. Con eso podemos construir cosas grandes como una familia, una casa, los hijos, y mediante el amor ustedes están acá y le pedimos a Dios que esto se fortalezca cada día más”, indicó.
TRANSFORMANDO VIDAS. Para la Fundación Santa Librada, cada boda comunitaria representa una oportunidad para cambiar vidas. Víctor Centurión, representante de la Fundación, resaltó que el objetivo es seguir llevando este programa a distintos rincones del país.
“Muchas parejas no pueden formalizar su unión por motivos económicos. Con este proyecto, buscamos brindarles la posibilidad de cumplir con este sacramento y fortalecer la familia tradicional”, afirmó.
Con lágrimas de felicidad y promesas de amor eterno, las 60 parejas iniciaron una nueva etapa de sus vidas, demostrando que el amor no conoce barreras cuando hay voluntad y apoyo para hacerlo realidad.