Los anuncios de intervención en obras públicas, programas sociales y apoyo a los sectores productivos, lanzados por el Gobierno para contrarrestar los efectos de la desaceleración económica, despiertan cierto nivel de escepticismo entre los analistas locales.
Manuel Ferreira, economista y ex ministro de Hacienda, considera que la recuperación del dinamismo económico, que descansa en un efecto rebote esperado desde el segundo semestre de este año, no es una proyección asegurada. Advierte que a los problemas por los que atraviesa el sector productivo, debido a factores externos como el clima y la caída de los precios internacionales, se suma el riesgo de descapitalización y dificultades para la refinanciación de deudas.
“Es ridícula esta posición de rebote como rebote nomás. En el 2012, el nivel de endeudamiento del sistema financiero era un cuarto de lo que es hoy. El rebote no va a venir solo si el Estado no toma posición en esto, si no entiende la situación del productor, del comerciante, del industrial”, sostiene.
Recalca que además de las medidas de apoyo dispuestas por el Banco Central del Paraguay (BCP), el sistema financiero necesita una reglamentación adecuada que permita dar respiro a los clientes y no se vean afectadas en las inversiones que deban efectuar en los próximos meses.
“Tenemos una cuestión financiera que está afectando a muchos sectores y no van a tener capital operativo. En el sector agrícola, si no se hace algo, se van a sembrar menos hectáreas, los ganaderos van a tener que vender sus vacas para pagar sus cuentas; en el sector comercial hay gente que se está quedando sin ventas y sin capital operativo, hay gente a la que se le está despidiendo de su trabajo”, agrega.
El también ex ministro de Hacienda Santiago Peña coincide con Ferreira en calificar como positiva a la intervención del presidente Mario Abdo Benítez en los anuncios de las medidas de reactivación económica, aunque advierte que la eficiencia de las mismas dependerá de su implementación.
“Más allá de los temas sociales, aumento de transferencias a sectores más vulnerables y planes en la frontera, encuentro muchos temas que ya estaban en el Presupuesto, no veo grandes cambios. El gran desafío va a ser la implementación, desde comienzo del año hablábamos del gran desafío de las obras públicas, lo que necesitamos es que empiecen a ejecutarse”, dice.
Peña reconoce que se requiere de la ejecución de USD 200 millones por mes para concretar la inyección de los poco más de USD 1.500 millones que fueron prometidos por el Ejecutivo para la reactivación de la economía. Esto significa que se debe al menos triplicar el ritmo de ejecución presupuestaria ya que, en el caso de las obras públicas, el promedio de inversión mensual hasta abril estuvo en torno a los USD 50 millones y para que se cumpla la meta de USD 1.100 millones (incluida en las medidas anunciadas el lunes último), la cifra debe ascender a USD 150 millones, desde este mes.
Para el 2019, el BCP estima un crecimiento económico de 3,2%, con sesgo a la baja y con un nivel de expansión menor al 3,7% obtenido en el 2018.