El especialista refirió que en la Unión Europea, además de la emergencia climática, la dependencia energética crónica convirtió la lucha contra el cambio climático en una cuestión estratégica para lograr una sociedad más equitativa, próspera y con una economía moderna y competitiva.
Mencionó que en el viejo continente se está trabajando con paquetes de medidas para alcanzar la neutralidad climática en 2050. En este punto, explicó que España y los gobiernos de las regiones, conjuntamente con el sector industrial, están trabajando para mitigar las emisiones y avanzar en la descarbonización de la economía.
“En mayo del 2021 se aprobó la ley de cambio climático y transformación energética que fija el objetivo de reducir un 23% las emisiones de gases de efecto invernadero del conjunto de la economía española con respecto al año 1990, y degenerar el 74% de nuestra energía de fuentes renovables antes del año 2030”.
Nora Páez, de la Dirección de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente de Paraguay, mencionó por su parte que hay una estrecha relación entre los recursos hídricos, el agua y la energía; tanto desde el aspecto de generación como de distribución y debe ser abordado de manera conjunta con miras a la sostenibilidad.
Dijo que estudios recientes expresan que los eventos extremos actualmente son más frecuentes e intensos. “El sector de energía no está ajeno a esta amenaza climática. Generación de energía a partir del agua es considerada como una producción limpia, pero se tiene que mirar hasta qué punto esa producción, observando estos escenarios climáticos, es sostenible en el tiempo”, resaltó.
Además, la funcionaria estatal pidió tener en cuenta la variabilidad climática y cómo afecta a los procesos de generación de energía y a los recursos hídricos.