29 abr. 2025

Analizan los pros y los contras de minería de criptomoneda

El contrapunto que ubica frente a frente un sector que crece en el país (la criptominería, con inversión de USD 400 millones, más de 90 empresas y 1.400 empleos hasta ahora) y las voces que exponen objeciones a su desarrollo, fue expuesto recientemente en un debate impulsado por la plataforma Paraguay Ahora y otras entidades, en la Universidad Comunera.

“La minería de criptomonedas es un gremio que trabaja legalmente; es un tanto complejo que nos indiquen que lo desarrollado es negativo. El minado es la provisión de servicios a la cadena de bloques. Se trata de una industria, bajo la ratificación de un tratado multilateral con Naciones Unidas y mediante nomenclatura del Mercosur”, explicó en defensa del sector Fernando Arriola, de la Cámara de Fintech.

Sobre el punto, Mercedes Canese, ex ministra de Minas y Energía, quien también participó del debate, expresó que si bien no tiene una opinión formada sobre la criptominería como negocio, criticó que se le catalogue como industria, ya que quiere “convertir algo que es un servicio digital-financiero en una industria, pero para que sea tal debe haber materia prima y empleo”, según especificó.

Para puntualizar, comparó la industria cerámica, que por cada 4 empleos que genera la criptominería, aquélla logra hasta 200 empleos y sí se le puede catalogar de manufactura. “Además, al negocio de criptomonedas se le quiere nombrar como industria para lograr tarifas preferenciales en el costo de la energía eléctrica”, agregó.

en el guairá. Sobre el caso que atañe particularmente a la minería que se viene practicando en Villarrica, aprovechando la tarifa que le pasa la empresa privada Clyfsa, Fernando Arriola justificó mencionando que los 20 MW que le atribuyen a los mineros están reflejados en los precios fijos sobre el valor que deberían pagar, mediante estudios hechos junto con la ANDE y con asesores de Itaipú.

“Estamos hace más de siete años y un tarifazo (refiriéndose a la resolución de ANDE con las nuevas tarifas para minería de criptoactivos) es algo institucional, depende del Gobierno”, dijo.

Canese respondió que, así como está instalado el negocio en Villarrica, los precios están subsidiados y ni siquiera cubren el costo de producción de energía de Itaipú. “Con eso, también nos quedamos sin la compensación que va a Fonacide; mientras que el resto de los usuarios estamos pagando nuestra tarifa de luz con peor calidad de servicio”, explicó.

En tanto que Gerardo Blanco, miembro del Consejo de Administración de Itaipú, consideró que la energía eléctrica adquiere valor recién cuando se transforma en respuesta a una necesidad humana.

“Hay oportunidades y amenazas. Un mismo tema puede tener varias miradas. En este momento están cambiando los paradigmas en los sistemas eléctricos. Hasta hace poco la variable controlable era la de generación y la incierta era la de demanda; con la elevada penetración y los objetivos de elevarla, la generación es la incierta y hay que controlar la demanda”, destacó.

Agregó que los mercados asignan precios y las sociedades valor, al tiempo de mencionar que debemos reconocernos como una comunidad y no como un mercado. “Debemos darnos cuenta de que esto trasciende a la energía eléctrica”, destacó.


¿Oportunidad de negocio o amenaza? La disyuntiva en torno a la minería de criptomonedas fue puesta en el debate entre expertos energéticos y quienes impulsan el sector que crece día a día.

Experta citó éxito de otras naciones en el negocio
Al tiempo de recordar que en años de lluvia normal, la mitad de Itaipú que corresponde a Paraguay puede abastecer tres veces a nuestro país (con un superávit único en el mundo), Christine Folch, especialista norteamericana en cuestiones energéticas, mencionó en el debate que –como cualquier minería– la de criptoactivos es extractiva, porque se aprovecha de recursos locales. No obstante, citó ejemplo de países que desarrollaron esta minería para beneficio de su pueblo, como Botswana, en África.
“Ese país tenía en 1966 un PIB per cápita menor a la mitad que Paraguay; y hoy es más alto que este último. La administración invirtió su riqueza, producto de la explotación de diamantes, para invertir en recursos de cara el plan de desarrollo (infraestructura, educación, salud y empleo)”, enfatizó.
Abogó para que la energía se convierta en desarrollo y aminore el actual 80% de trabajos informales existentes en el país, entre otros flagelos.