“He pedido a los ministros de Defensa Nacional y de Gobierno que organicen un plan conjunto, antes, durante y después del 3 de mayo, para que el voto de los bolivianos sea resguardado”, afirmó la mandataria interina, durante un mensaje al país en la celebración del Día del Estado plurinacional.
Esos festejos se realizan anualmente desde 2009, cuando, de acuerdo con la nueva Constitución, Bolivia dejó de definirse como república.
La mandataria de derecha calificó los próximos comicios de prioridad, después de que los bolivianos fueran testigos de cómo el ex gobernante Evo Morales “manipuló el voto para perpetuarse en el poder” en las elecciones del 20 de octubre.
Esos comicios fueron anulados después de que la Organización de Estados Americanos (OEA) difundiera el 10 de noviembre un informe que halló irregularidades en el recuento de votos en favor de Morales, en el poder desde 2006 y con el deseo de gobernar hasta 2025.
El ex gobernante izquierdista renunció ese mismo día, a raíz de multitudinarias protestas civiles en todo el país contra su victoria electoral, además de un motín policial y la retirada del apoyo de los militares.
MISIONES DE OBSERVACIÓN. Áñez, que asumió la presidencia dos días después, destacó que, por tales motivos, “las elecciones del 3 de mayo se convertirán en el proceso electoral boliviano abierto mejor acompañado y más observado de toda nuestra historia”. La OEA, la ONU ya la Unión Europea manifestaron su deseo de apoyar y acompañar el proceso electoral.
La mandataria también dijo que su gobierno descubrió hechos anormales al tomar las riendas del país, por “el abuso de poder” durante la administración de Morales.
Áñez mencionó por ejemplo que Bolivia gastó cerca “de 147 millones de dólares” en casi 14 años para apoyar una brigada médica, pero que “menos de un tercio” de esta estaba compuesta por médicos profesionales y que solo un 20% del fondo era para este programa de salud. “El resto era desviado para financiar el castrocomunismo”, apuntó.