31 ene. 2025

Ángel, un papá especial que desafía a la rutina diaria alentando a su hijo

Ludo. Con la tabla en el piso, Ángel y Jesús juegan una partida. Peque, el perro, merodea.

Ludo. Con la tabla en el piso, Ángel y Jesús juegan una partida. Peque, el perro, merodea.

Ángel y Jesús, padre e hijo, son compañeros de vida. Disfrutan cada día juntos.

“No vayas que a decir otra vez que me vas a ganar”, bromea el papá. La respuesta llega de inmediato: “Te voy a ganar todito mal”, dice Jesús, mientras espera que su padre arme todas las piezas del ludo, juego que los mantiene entretenidos por horas.

Ángel Rodas comparte su historia en el Día del Padre que se recuerda hoy, desde su hogar ubicado en el kilómetro 19 de Capiatá, a metros de la ruta 1.

Ángel y Jesús, compañeros de vida

Sentados en sillas cable, en el corredor del patio de entrada, Ángel, quien trabaja en el turno tarde-noche en un laboratorio local, cuenta que antes eran tres.

Su señora murió de lupus hace cinco años. Y antes, a Jesús le costaba más y más encontrar fuerzas para caminar.

“Jesús caminaba hasta los cuatro años más o menos, después dejó de hacerlo y no sabíamos qué pasaba. A raíz de su enfermedad comenzó a decaer. Creo que eso fue lo que más le afectó también a su mamá, porque estaba muy preocupada”, expresó.

Así comenzó el recorrido por hospitales locales, donde nadie sabía lo que ocurría con el hijo. “Nos mandaban de aquí para allá, hasta que llegamos a Chile, donde al fin tuvimos un resultado. A Jesús lo diagnosticaron de mucopolisacaridosis tipo 4 (enfermedad progresiva que afecta el esqueleto)”.

Como en el país no había forma de operarlo, fueron al hospital Garrahan de Buenos Aires. “En la primera cirugía estábamos todos, para la segunda ya fuimos solo nosotros”, comentó Ángel, señalando a Jesús. Desde entonces, el foco de vida del papá es su niño.

“Preparo un poco de tereré y ya le pregunto cómo está, trato de compartir siempre con él”, explicó.

Van juntos a la terapia en la Fundación Teletón, donde Jesús jugó su primera partida del juego de cartas de moda, el Uno.

RESPONSABILIDAD PATERNA. Ángel, cuya lucha es constante, afirma que mira siempre hacia adelante. “Yo no me considero el mejor papá, tengo mis defectos, pero eso sí, como padre uno tiene que luchar por su hijo, porque si uno le trae al hijo al mundo tiene que ser responsable”, remarcó.

Ahora, se dice acostumbrado a los festejos. “Después de estos años ya me acostumbre, yo no soy de hablar mucho, pero los que me conocen siempre me felicitan y la gente que se acuerda de nosotros siempre me da fuerzas”, dijo.

Cada Día del Padre, pasan juntos, almuerzan y si da el tiempo, salen de paseo.