Asunción cumplió el pasado 15 de agosto 482 años de fundación, pero en lugar de presentar significativos avances y desarrollos, se encuentra en un estado de emergencia vial, social y ambiental.
“En este momento tenemos que salvar a Asunción. La acumulación de problemas es de tal magnitud que ya no se puede invertir dinero en nuevas carreteras si no se soluciona lo que está mal. Esto que se hace es como ponerse ropa nueva sobre la ropa vieja y así es imposible mejorar las condiciones”, consideró el arquitecto Jorge Rubiani en comunicación con Última Hora.
A su criterio, urge convocar a las entidades del Gobierno central y al Gobierno municipal para dar una respuesta a las necesidades reales de la ciudad.
“Esto merece una larga atención de todos, por eso se impone que las autoridades nacionales y municipales acuerden mecanismos de salvataje o protocolos de trabajo conjunto”, refirió.
Así también, Rubiani sostuvo que la Comuna capitalina debe entender cuáles son sus protocolos de trabajo en función de sus posibilidades.
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Señaló como ejemplo que la Municipalidad debe entender que no es posible limpiar el microcentro en horas de la mañana por la gran cantidad de automóviles que soporta la ciudad, o la problemática de transitar por las veredas porque no se exige el cumplimiento de las ordenanzas.
“Hay un montón de cosas simples que se pueden hacer, pero la Municipalidad no las hace”, sentenció.
Por otra parte, en cuanto al congestionado tránsito vehicular que sostiene la capital, Rubiani explicó que este problema tiene como una causal el desalojo importante de la población de Asunción, que va a sobrevivir a otras ciudades aledañas, o la concentración del Gobierno central.
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Esta gente se va a las inmediaciones, pero se vuelca a la ciudad a las 7.00 de la mañana para trabajar y, en vez de agilizar estos espacios, se les recarga. “Asunción tiene accesos absolutamente negados, congestionados y colapsados”, opinó.
En ese sentido, Rubiani explicó que, pese a las obras que se realizan, en vez de solucionar los problemas, los agravan.
“Es cierto que nos acercaron al río Paraguay, podemos mirarlo, pero no podemos tocarlo, porque está lleno de coliformes fecales y seguimos embalsando las aguas, mientras hay una población que vive en condiciones insalubres en la zona ribereña”, criticó.
Ante toda esta realidad, el especialista pidió parar con el desborde populista con el que se encaran los problemas y apeló que en las próximas elecciones municipales del 2020 la ciudadanía pueda escuchar propuestas de proyectos y no solo promesas electorales para Asunción.
Una crisis agravada en diferentes sectores (ambiental, social, vial) que arrastra la ciudad de Asunción desde hace varios años.
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La falta de obras, la cantidad de pavimentos destrozados, el gasto rígido en funcionarios municipales, la deficiente recolección de basura, además de la problemática social que acarrean las inundaciones, son algunos de los cuestionamientos que los ciudadanos vienen reclamando con mayor intensidad.
El propio intendente de Asunción, Mario Ferreiro, había reconocido en abril pasado que su administración es deficiente a consecuencia de las limitaciones dentro de la Comuna capitalina.