En esto coincide el politólogo Marcos Pérez Talia, quien puso en relieve que los conflictos internos de la Asociación Nacional Republicana (ANR) se nacionalizan y no es positivo para el país.
“El Partido Colorado tiene como virtud -aclaro que virtud para ellos, pero no necesariamente para el país- de nacionalizar sus procesos internos, de convertir como un problema nacional las tensiones que existen en su interior. A ellos, claramente, les funciona, aunque al país no necesariamente”, apuntó el analista.
Pero esto no es nuevo. Pérez Talia recordó que la estrategia de los colorados comenzó poco después de la caída de la dictadura.
“Esta dinámica de nacionalizar sus internas no es nueva, data de los inicios de la transición. El país quedaba casi paralizado por el elevado nivel de conflictividad entre Argaña y Rodríguez, Wasmosy y Oviedo, Nicanor y Castiglioni, Cartes y Mario Abdo. Ahora simplemente estamos viviendo un nuevo capítulo de una vieja película”, subrayó.
La tensión entre Horacio Cartes y Mario Abdo, y junto con este último, Hugo Velázquez, quien aspira a la presidencia de la República, afecta además lo institucional. El politólogo indica que se trata de una estrategia de cada elección que finalmente acabará con la unidad de ambos sectores para las generales.
“Síntoma del proceso electoral que arranca es el supuesto enfrentamiento discursivo y de relato entre oficialismo y cartismo. Se van a decir de todo, dejarán sin cuórum las sesiones, entre otras cosas. Pero apenas superen las internas, estarán todos nuevamente fundidos en el abrazo republicano en aras del coloradismo eterno, mostrando que los dos modelos en pugna son casi idénticos, y que la conflictividad es apenas una estrategia muy exitosa para ellos”, concluyó Pérez Talia.
Los demás partidos como el Liberal Radical Auténtico también atraviesan por una sangrienta interna, además de la inserción del narcotráfico en sus filas, pero no tiene mayor incidencia en el manejo del Gobierno central como sí ocurre con la interna colorada.
Ataques. Tanto el cartismo como el oficialismo atacan con fineza las debilidades del otro, pero nunca al punto de afectar drásticamente, sino solo para sacarlo del combate electoral.
Un ejemplo son las acusaciones de Mauricio Espínola, secretario privado del presidente Mario Abdo, quien recientemente dijo que Cartes ni siquiera puede salir del país pero pretende ser presidente de la Partido Colorado.
El funcionario se refirió a supuestos problemas legales del empresario, que trascienden a otros países, sin embargo, teniendo las instituciones del Poder Ejecutivo que pueden realizar las investigaciones, solo terminan en ataques discursivos.
Igualmente, Arnaldo Giuzzio reveló que la Fiscalía de Panamá pidió antecedentes de Cartes por una investigación de lavado de dinero, no obstante, ni Seprelad ni el Ministerio Público iniciaron procesos a nivel nacional en contra del ex presidente.
La interna colorada termina más bien con acuerdos y salvaltajes, como el caso de Éver Noguera, librado del desafuero, o el blanqueo de Tomás Rivas, incluso la protección a Hugo Javier González.
Los dos modelos en pugna son casi idénticos, y la conflictividad es apenas una estrategia muy exitosa para ellos.
Marcos Pérez Talia,
politólogo.