En un intento por contrarrestar lo que algunos funcionarios describieron como una “pandemia de no vacunados”, el estado más poblado de Estados Unidos (California), la ciudad más grande del país (Nueva York) y la primera agencia federal (el Departamento de Veteranos) requieren ya vacunarse a sus empleados públicos.
El Gobierno de Estados Unidos confirmó el lunes que exigirá a cerca del 28% de los 412.900 funcionarios del Departamento de Veteranos (VA) –en su mayoría personal médico– reciban en los próximos dos meses la vacuna contra el Covid-19, convirtiéndolo en la primera agencia federal con ese requisito.
La ciudad de Nueva York anunció que a partir de mediados de setiembre requerirá a todos los empleados municipales que se vacunen contra el Covid-19 o que se sometan a pruebas semanales del virus. Son los 340.000 empleados que tiene el Ayuntamiento, una cifra que incluye a funcionarios de todos los ámbitos, maestros o policías.
El movimiento llega en un momento en el que el ritmo de vacunaciones se ha estancado y en el que los casos de coronavirus suben con fuerza a causa del avance de la variante delta.
Ante el fuerte repunte de los contagios por la misma variante, varios países europeos también han optado o están considerando la vacunación obligatoria, al menos para empleados sanitarios, profesores u otros que trabajan cara al público.
PROTESTAS. La vacunación obligatoria ha encendido las protestas en algunos países europeos (Francia y Grecia) y en otros (Alemania) existe el debate legal sobre si esta obligatoriedad vulnera derechos fundamentales. Pero en general, la medida se descarta en los países en los que las campañas de vacunación funcionan (Portugal y Bélgica).
REINO UNIDO. El Reino Unido quiere obligar a vacunarse a los trabajadores de residencias de ancianos –incluso autónomos en visitas esporádicas y voluntarios– a partir de octubre, y estudia extender esa obligación a otros trabajadores del sector sanitario.
En cambio, la polémica ha saltado cuando se publicó en la prensa que la obligatoriedad podría extenderse a los estudiantes si quieren asistir a clases presenciales en las universidades.
En Francia, el Gobierno decidió a principios de julio dar un nuevo impulso a la vacunación tras ver cómo las cifras se estancaban: el proyecto de ley que debe ser promulgado en los próximos días contempla la obligación de la vacuna en el sector sanitario y profesionales que trabajan en contacto con personas vulnerables.
Esto afecta a todo el personal de salud pública o privada, pero también personal de residencias de ancianos y discapacitados, centros de información, bomberos, psicólogos, osteópatas, pilotos, militares de seguridad civil y ayudantes de ancianos, entre otros, que deberán vacunarse antes del 15 de setiembre.
En Portugal la vacunación obligatoria para algunos sectores no forma parte de la agenda política, y apenas ha generado un debate. Plantear la obligatoriedad, según la opinión mayoritaria de los expertos, no es un asunto de debate dada la alta adhesión a la vacunación en el país.
En Alemania tanto la canciller Angela Merkel como sus socios de gobierno han descartado una vacunación obligatoria, mientras que desde el Ministerio de Justicia se ha advertido incluso que jurídicamente sería inviable.
Pfizer y tercera dosis contra variante delta
La farmacéutica Pfizer divulgó que una tercera dosis contra el Covid-19 puede “impulsar con fuerza” la protección contra la variante delta frente a un esquema de dos dosis. La empresa indicó que sus datos sugieren que una tercera dosis produce niveles de anticuerpos contra la variante delta cinco veces más altos en personas entre 18 y 55 años, y más de 11 veces en gente entre 65 y 85 años, en comparación con los niveles tras la segunda dosis. Pfizer calcula que esa tercera dosis podría potencialmente multiplicar por 100 la neutralización de la variante delta en comparación con un esquema de dos dosis.