Hace dos años, el 10 de marzo del 2020, el Gobierno daba a conocer las primeras restricciones para enfrentar la pandemia del coronavirus.
En forma inmediata fueron suspendidas las clases en las escuelas y colegios, se cancelaron eventos públicos y privados de concurrencia masiva, conciertos, concentraciones electorales, concentraciones religiosas, el fútbol, aglomeraciones en teatros, cines y se comenzó a adoptar el teletrabajo. Aquella primera etapa de encierro total empezaría a flexibilizarse recién desde mayo, en lo que había sido denominada la cuarentena inteligente.
Aquellas fueron semanas y meses difíciles y de gran desconcierto, en los que los paraguayos sufrieron pérdidas irreparables. Sobre todo, quedó expuesta la fragilidad de nuestro sistema sanitario. Faltaron insumos, faltaron medicamentos esenciales y camas en Terapia Intensiva, y las rifas y las polladas solidarias ayudaron a lidiar con el caos del Sistema de Salud.
La ciudadanía hizo, pese a todo, un gran esfuerzo, pero algunos políticos demostraron que ni siquiera en el peor momento de la humanidad dejan pasar la oportunidad de sacar provecho y poner sus intereses en primer lugar.
Los congresistas que recientemente tomaron la medida argumentan que es necesario volver a la normalidad, y que el uso de tapabocas debería estar a cargo de cada uno. Lamentablemente olvidaron consultar con Salud Pública antes de tomar una decisión tan importante; haciendo gala una vez más de una grave irresponsabilidad y desconocimiento del tema.
En febrero de este año el Gobierno había comunicado que se ponía fin a las medidas sanitarias por la pandemia del Covid-19 y que ya no se emitirían decretos sobre restricciones. Aclaraban sin embargo que seguía vigente la obligatoriedad de uso de tapabocas; y que la ley de mascarillas se encuentra en manos del Congreso Nacional.
La directora de Vigilancia de la Salud, Sandra Irala, advirtió que el uso del tapabocas, junto con la vacunación, sigue siendo la mejor herramienta para el combate contra el coronavirus. La funcionaria consideró que no es oportuno el levantamiento de las medidas sanitarias sin un dictamen de la cartera sanitaria. “Como seguimos en pandemia y aún hay transmisión comunitaria, hay riesgo de contagios. En las escuelas hay brotes de enfermedades respiratorias y algunos son de Covid, se pueden dar brotes y sigue siendo importante que se mantenga el uso de las mascarillas”, expresó.
Se debería considerar asimismo que, con el uso del tapabocas, se ha logrado prevenir otras afecciones, y considerando que se acerca el invierno y que liberados de restricciones comenzaremos a aglomerarnos sin cuidados, se comienza a configurar un escenario sin dudas peligroso.
La clase política demuestra su miopía y su total desconexión con la realidad al tomar una polémica decisión que puede incluso poner en grave riesgo los logros obtenidos con la campaña de vacunación y con los cuidados sanitarios que la población ha mantenido de manera ejemplar. La decisión de derogar el uso obligatorio del tapabocas es sin dudas desacertada y debería ser revisada.