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El jueves pasado llegó a las salas locales la película Truenos, un filme nacional que ya recaudó más de 100 millones de guaraníes en los primeros dos días de exhibición. El director del largometraje es Mario Goia, quien nos habla en esta entrevista de su amor por el audiovisual y sus inicios en el séptimo arte.
Truenos es el primer largometraje de Goia, quien también fue el autor del mediometraje El peón, el cual fue emitido por canal 13 en el 2014 y generó buenos comentarios. Sin embargo, el novel cineasta sueña en grande y busca hacer una serie de su ópera prima. “Apuntamos a que Truenos sea una saga y llegar por lo menos a una trilogía”, revela el director.
Comenta que su amor por el audiovisual empezó hace mucho tiempo, pero en Paraguay no existía la carrera de cine. “Yo estudié márketing, al tercer año me recibí de técnico, y luego se abrió la carrera de Comunicación Audiovisual”, recuerda Mario.
Agrega que la idea de Truenos fue presentada a Christian Chena, quien lo apoyó desde el inicio. “Fue el primero que me dijo ‘hacé la película, esa película va a explotar’”, rememora. Añade que con el aporte económico de Chena pudo grabar un adelanto del filme, con el cual salió a buscar más apoyo.
“Nos llevó un año conseguir el resto de los auspiciantes. Mientras cerrábamos el presupuesto de la película, yo envié el guion a un taller donde hay escritores profesionales, llamado Beta Cinelandia. Me hicieron una propuesta de modificación y me encantó”, detalla Goia.
Motivación. El realizador indica que su principal motivación para filmar Truenos fue su deseo de contar una historia “que realmente fuera de carreras de autos”, que pudiera mostrar a sus hijos “y que les deje un mensaje”.
“El cine es muy poderoso, cambia vidas, es mágico y yo quería hacer algo mágico. Truenos es una película que va a emocionar a quien la vea. Yo no le miento a la gente, es una producción que es un gran cliché, pero es una película que entretiene, honesta, no es ostentosa”, afirma el director.
Asevera que hay demasiados tipos de contenido en el cine, pero aclara que la única misión de una película es entretener. “Cuando me voy al cine quiero ir a disfrutar, sin complicaciones. Truenos ofrece eso”, señala Mario.
Proceso. El joven director espera que le vaya bien a su película, porque desea continuar haciendo cine. “No lo hacemos por dinero, en mi trabajo gano diez veces más de lo que ganaría haciendo películas”, asegura Goia.
Confiesa que el principal inconveniente en las grabaciones de Truenos fue el tiempo. “Filmábamos solamente sábado y domingo, la continuidad fue un problema. Hubo días de sol, días nublados, de tormenta. A los actores les crecía el pelo, el pasto del autódromo estaba más alto. Armar el cronograma fue muy complicado, porque en la película hay más de 40 actores. Pero disfruté muchísimo todo el proceso de la película”, afirma Mario.
Subraya que filmar una película tiene sus consecuencias, económicas y físicas. “Bajé 14 kilos, básicamente vivo hidratado, la comida no es suficiente por el estrés. Se te cae el cabello. Dormía cuatro horas por día”, expresa el director.
Comenta que hizo la película para Paraguay, pero no descarta llevarla al extranjero. “Recibí mensajes de toda Latinoamérica, que me escriben pidiéndola”, adelanta.
Influencias. Entre sus ejemplos, Mario Goia dice ser admirador de las películas de Christopher Nolan, Antoine Fuqua, David Ayer, Michael Mann, y otros. También cita a sagas como Star Trek y Star Wars. “En Paraguay estoy enamorado de 7 Cajas. Me parece la mejor película paraguaya después de Truenos, porque esta toca lo que me gusta”, dice sonriendo Mario Goia.
“Crear me hace feliz. Todo el proceso de creación me hace feliz. El cine agrupa todo lo que me encanta, la tecnología, el dibujo, la música, y más”, destaca el joven realizador.