De acuerdo con la Dirección de Género, dependiente del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social (MSPyBS), con relación a la rehabilitación de los agresores, aparte de lo que se está trabajando, recién se va a implementar un modelo para la atención de ellos en el sistema de salud.
“Una de las competencias del Ministerio de Salud es trabajar la reeducación del agresor. Esa es una acción que hay que estructurar completamente porque hoy en día en el sistema de salud, con el sistema que hay, se está dando atención a toda la población y, especialmente, se está dando atención a las víctimas de violencia”, expresó Claudia Sanabria, quien está al frente del departamento.
Desde el 2016 entró en vigencia la Ley de Protección Integral a las Mujeres, contra todo tipo de violencia, que en uno de sus artículos establece la importancia de la reeducación de la persona agresora y no solamente la condena contra el hecho y el agresor.
La fiscala adjunta Artemisa Marchuk, de la Unidad Especializada de Lucha contra la Violencia Familiar, afirmó que como el fin de la pena es la reinserción de la persona condenada, tendría que existir un programa efectivo de reeducación. “Y tuvo que existir siempre y en el marco de personas que cometen delitos conexos a la violencia de género, o el abuso sexual o maltrato contra los niños, lo merece”, afirmó.
Este sistema está direccionado a su implementación a través del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social y del Ministerio de la Mujer, que podrá ser utilizado en forma voluntaria o por orden del Juzgado interviniente.
MODELO. Según confirman, el objetivo del modelo sería una forma de erradicar la violencia contra la mujer, como eje principal. “Si no trabajamos también con los agresores, tenemos un aspecto que queda descubierto”, insistió la doctora Sanabria.
“En el tema de violencia de la mujer, le tenemos a ella, tenemos al agresor y a niños y niñas que presencian estos hechos. Si pensamos en una mirada integral, todos ellos necesitan un abordaje de salud mental y en todos los casos también”, añadió la profesional.
Sanabria reveló que hay distintas líneas de trabajo para la reeducación de los agresores, pero reconoció que se debe trabajar mucho para consolidar este aspecto. “En el país actualmente lo que se está viendo es que las personas agresoras son atendidas en los servicios de salud mental y ahí se trabaja con las distintas estrategias que tiene el sicólogo. Aparte de eso, tenemos que seguir fortaleciendo esa sección”, expresó.
Como la agresividad debe considerarse como enfermedad relacionada a salud mental, de acuerdo con lo que dice Luis Taboada, director de Salud Mental del MSPyBS, confirman que lo que se hace hasta ahora, cuando la persona agresora tiene una medida sustitutiva dada por el juez, si este le manda que siga un tratamiento sicológico o siquiátrico, entonces acude a un servicio de salud mental del Ministerio de Salud para hacer su tratamiento.
15 formas de violencia
Según la Ley 5777/16, existen 15 tipos de violencia contra la mujer, y busca proteger a las mujeres víctimas y cortar con el círculo de violencia, evitando por último tragedias como el feminicidio.
Hoy en día se habla de la violencia feminicida, física, sicológica, sexual, violencia contra los derechos reproductivos, violencia política, intrafamiliar, telemática (por medio de la cual se difunden mensajes que afecten la dignidad o intimidad de mujeres), entre otros.
Para pedir ayuda
El número habilitado para denunciar hechos de violencia es el 137 SOS Mujer, que funciona las 24 horas, inclusive los fines de semana y feriados.
Esta línea está orientada a brindar respuestas eficientes a mujeres ante situaciones de violencia doméstica e intrafamiliar.
(021) 454-150/454-151 y 454-152 son los números telefónicos de la Unidad Especializada en la Lucha contra la Violencia Familiar del Ministerio Público, que también cuenta con profesionales que pueden orientar a los afectados.
La Policía Nacional también tiene su oficina especializada en diferentes comisarías del país.
Para realizar las denuncias no es necesario ser mayor de edad, ni tener documentos en mano.