Cuando el presidente estadounidense, Donald Trump impuso aranceles generalizados en una jornada que bautizó como el “Día de la Liberación”, los máximos dirigentes de la UE estaban en Uzbekistán, en negociaciones para impulsar el comercio con los países de Asia Central.
Trump posteriormente anunció una “pausa” en su andanada de aranceles, y la UE hizo lo mismo con las represalias que preparaba, pero el proceso de diversificación sigue a toda marcha.
Se trata de una tarea mayúscula, toda vez que el intercambio comercial entre la UE y Estados Unidos es monumental, y en 2023 alcanzó el equivalente a 1,8 billones de dólares.
RUTAS Y FLUJOS. No obstante, Varg Folkman, experto del Centro Europeo de Política (EPC), apuntó que “la modificación en las rutas y los flujos comerciales tomará tiempo. Eso no es algo que pueda ocurrir de un día a otro”.
Varios países del bloque piden que se apruebe el acuerdo de libre comercio con el Mercosur, después de que ambas partes anunciaran haber finalizado un entendimiento político.
La Comisión Económica, el brazo ejecutivo de la UE, espera presentar una propuesta a los países del bloque sobre el acuerdo con el Mercosur “antes del fin del verano boreal”, es decir antes de setiembre, según indicó uno de sus portavoces. A pesar del anuncio de este entendimiento político hace cuatro meses, la cuestión sigue generando controversias en la UE, y Francia se mantiene firme en su oposición al tratado.
La ministra francesa de Agricultura, Annie Genevard, dijo esta semana que el acuerdo “era malo ayer y sigue siéndolo” y no es un “remedio” a los aranceles de Trump.
En tanto, Finlandia y Suecia ya se manifestaron en favor de la aprobación del acuerdo, y Austria –un país que durante mucho tiempo expresó objeciones– ha cambiado de posición.
Por otro lado, los presidentes del Consejo Europeo, António Costa, y de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también anunciaron que estarán presentes en noviembre en Colombia para la IV Cumbre entre la UE y la CELAC.
CHINA. El Consejo Europeo informó el viernes que prepara una cumbre con China para la segunda mitad del mes de julio.
Como resultado de esa aproximación, el presidente chino, Xi Jinping, dijo el viernes que “China y la UE deben asumir sus responsabilidades internacionales, y proteger juntas la globalización económica”.
“Europa continúa enfocándose en diversificar sus asociaciones comerciales, comprometiéndose con países que representan el 87% del comercio mundial y comparten nuestro compromiso con un intercambio libre y abierto de bienes, servicios e ideas”, anunció la UE el jueves.
Poco antes de la investidura de Trump, la UE había también expresado su deseo de fortalecer los lazos comerciales con México, al concluir las negociaciones para la modernización del acuerdo global bilateral.
A inicios de abril, la UE también anunció el relanzamiento de las conversaciones sobre libre comercio con Emiratos Árabes Unidos, y ha hecho lo mismo con Malasia.
En febrero y marzo altos funcionarios europeos mantuvieron encuentros con dirigentes de India y Sudáfrica, al tiempo que el bloque abrió canales de comunicación con Canadá.
Las relaciones entre Bruselas y Pekín han pasado por momentos de calma y otros de turbulencia, pero no se puede dejar de lado la importancia que representa el gigante asiático.
Varios dirigentes europeos, incluyendo al presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, viajaron recientemente a China para encuentros de alto nivel.
España está “firmemente comprometida” con a apertura de la UE al sudeste asiático, dijo Sánchez.
La aproximación a China, sin embargo, exige cautela.
De un lado, los europeos quieren evitar que, ante una guerra comercial entre Pekín y Washington, la UE se vea inundada de productos chinos en busca de un mercado.
1,8 billones de dólares fue el valor del intercambio comercial entre
EEUU y la Unión Europea en 2023
Las tensiones entre Donald Trump y Jerome Powell se crisparon la semana última cuando el presidente de Estados Unidos amenazó con destituir al jefe de la Reserva Federal (Fed), una medida que implicaría poner en cuestión la independencia del Banco Central estadounidense.Incluso antes de que su guerra comercial de orden arancelario golpeara a la economía estadounidense, el mandatario republicano insistía en que la Fed recorte sus tasas de interés para impulsar el crecimiento.Pero la determinación de Powell para tomar la decisión a su propio tiempo aumentó la frustración del presidente. La Casa Blanca y la Fed entraron en un conflicto abierto que amenaza con desestabilizar los mercados financieros, según señalaron varios analistas.”Si yo quiero que se vaya, se irá muy rápido, créanme”, advirtió el jueves último Trump en referencia a Powell, cuyo segundo mandato concluye en mayo de 2026.Por su parte, el presidente de la Fed descartó dejar su cargo de forma anticipada y la semana pasada recordó que la independencia del banco central estadounidense está “garantizada por la ley”.”Claramente, el hecho de que el presidente de la Fed tenga que hablar del tema quiere decir que van en serio” las amenazas de la Casa Blanca, declaró a la AFP la economista jefe de KPMG, Diane Swonk.Para la mayoría de expertos en el área, el aumento generalizado de los aranceles que impulsa Trump podría, al menos en el corto plazo, desacelerar el crecimiento de la economía y hacer aumentar los precios. Además, alejaría el objetivo de la Fed de lograr una inflación anual del 2%, lo cual forzaría a que se mantengan las tasas de interés elevadas durante más tiempo.