“Hasta ahora, nunca, jamás, los animales han aguantado hambre”, dijo a Efe la veterinaria María Díaz, quien además tiene una clínica para animales en Villanueva, Cortés, norte del país.
El zoológico Joya Grande es uno de varios bienes que el Gobierno hondureño le incautó en 2015 a Javier Heriberto Rivera, líder de Los Cachiros, y a su hermano Devis Leonel, y luego fue traspasado a la Oficina Administradora de Bienes Incautados (Oabi).
Luego de las manifestaciones por un presunto fraude en las elecciones generales del 26 de noviembre de 2017, algunas con tomas de las principales carreteras importantes, Joya Grande comenzó a tener problemas económicos por la caída de visitantes.
Cuando estaba administrado por Los Cachiros, las condiciones del zoológico “eran estables, pero no mejores que ahora”, enfatizó Díaz, que en esa época era la única veterinaria que tenía el zoológico para atender a todos los animales.
“Ahora nuestro enfoque, como veterinarios, es puramente de bienestar animal”, explicó la profesional guatemalteca, con ocho años de trabajar en el ecoparque y casi 20 viviendo en Honduras.
En su opinión, el terreno escogido por Los Cachiros, por lo “quebrado”, pareciera no ser apto para un zoológico, sin embargo, los recintos, aunque son pequeños, principalmente los de los felinos, “están bien acondicionados”.
Con el Arca de Noé, dichos recintos se han hecho más grandes, “pero por falta de fondos no hemos hecho más”, añadió Díaz, quien expresó que esperan lograr pronto una alianza con el Gobierno hondureño para que el zoológico no cierre y se haga una inversión para mejorarlo.
Para evitar el cierre del zoológico, la Oabi buscó un nuevo administrador, el Arca de Noé, que ahora tiene una deuda de unos dos millones de lempiras (unos USD 82.600) que se han venido acumulando, principalmente este año, por la drástica caída de visitantes derivada en parte por la crisis política surgida en 2017.
El contrato por cinco años entre la Oabi y el Orca de Noé vence en abril de 2019, pero la sociedad está urgida de una pronta respuesta oficial porque sus gastos mensuales son de 175.000 lempiras (USD 7.225).
La sociedad también espera que la Oabi les ayude por los muchos animales, de diversas especies, que le han llevado al zoológico el Ministerio Público y el Instituto de Conservación Forestal (ICF), sin aportar nada para su alimentación y cuidado.
“Estamos en plática y ellos -la Oabi- están anuentes a querer colaborar, ellos se toman siempre su tiempo para responder. Estamos en pláticas y espero que resuelvan”, indicó Díaz.
Entre los animales que más atrae a los visitantes figuran “Big Boy”, una jirafa macho; cuatro hipopótamos, dos de ellos nacidos en el ecoparque; varias cebras; 17 tigres, unos 12 jaguares, 10 leones, ocho pumas; dos camellos, dos dromedarios y dos llamas.
También hay tapires, venados, caballos, cabras montesas, monos, mandriles, avestruces, patos, gansos, gallinas japonesas, loros, búhos, burros, búfalos de agua y un cocodrilo, entre otros.
Algunos de los animales, como la jirafa, interactúan con el público, que además puede disfrutar de otros atractivos para niños y adultos, como piscinas, montar a caballo, restaurantes y recorridos entre los árboles colgados de un cable de acero.
Joya Grande, el único zoológico hondureño con animales exóticos, cuenta además con cabañas para una, dos y hasta diez personas, para quienes quieren quedarse a dormir y disfrutar de un ambiente en el que se respira aire puro, lejos del ruido de las ciudades.