Tras vencer el balotaje del 19 de noviembre, el economista ultraliberal asumirá la Presidencia de Argentina por el período 2023-2027 con un gabinete que mezcla integrantes inexpertos en la gestión pública con avezados conocedores que integraron anteriores Ejecutivos.
Faltarán apenas cinco días para que el líder de La Libertad Avanza (ultraderecha) asuma el poder al frente de un Ejecutivo que reducirá a ocho los actuales 18 Ministerios y que deberá buscar la llave para conducir al país a mejorar las condiciones socioeconómicas en las que termina la gestión del Frente de Todos (Unión por la Patria desde las elecciones).
UNA PESADA HERENCIA. Con un índice de pobreza e indigencia superior al dejado por el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019), crecimiento de empleo –pero con salarios depauperados– y récord de inflación en más de 30 años, Milei recibe una herencia difícil de gestionar y a la que aplicará sus anunciados ajustes desde el primer momento.
No obstante, uno de los aspectos más preocupantes y de los que más se habló durante la campaña, la seguridad, mejoró en la gestión de Fernández: de los 5,1 homicidios dolosos cada 100 mil habitantes en 2019, se llegó a 4,2 en 2022, la tasa más baja desde 1991, según el Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC).
Lo que ya se sabe del “Ejecutivo Milei”.
Entre negociaciones con diferentes fuerzas, considerando que la formación de Milei gobernará en minoría parlamentaria, dos de los principales cargos del Ejecutivo estarán en manos de políticos de la órbita de Macri, quien le respaldó después de que su coalición, Juntos por el Cambio (centroderecha), quedase fuera del balotaje.
La ex candidata presidencial de esa alianza, Patricia Bullrich, será la ministra de Seguridad, mismo cargo que ocupó en el Ejecutivo de Macri; y Luis Caputo, quien fue secretario y ministro de Finanzas y presidente del Banco Central en ese Gobierno, se hará cargo de la cartera más ‘caliente’, la de Economía.
El nombramiento de Bullrich ha generado cierto encontronazo entre Milei y la vicepresidenta electa, Victoria Villarruel, quien inicialmente iba a controlar ese área y Defensa.
Otro puesto sensible, considerando los comentarios de Milei sobre lo que llama “países comunistas”, China o Brasil –hoy principales socios comerciales de Argentina–, o su viraje hacia Estados Unidos e Israel, será la Cancillería, al frente de la cual estará Diana Mondino, quien ya adelantó que Argentina no entrará al grupo de economías emergentes BRICS.
Dos superministerios serán los de Capital Humano, conducido por Sandra Pettovello, e Infraestructura, a cargo de Guillermo Ferraro; en Justicia estará Nicolás Cúneo, mientras que al frente de Interior estará Guillermo Francos y de la jefatura de Gabinete, Nicolás Posse.
ÚLTIMA SEMANA DE FERNÁNDEZ. El presidente saliente viajará a Brasil para participar en la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Mercosur, que tendrá lugar los días 6 y 7 en Río de Janeiro, con la que concluirá la presidencia semestral del país anfitrión, que la traspasará a Paraguay.
Además, el domingo tendrá un papel fundamental en la ceremonia de investidura de Milei, al entregarle la banda y el bastón como atributos de jefe de Estado, después de que el presidente electo haga la tradicional jura ante la Asamblea Legislativa.
Milei ofrecerá un discurso al público desde un estrado situado en el exterior del Congreso antes de desplazarse a la Casa Rosada (sede del Ejecutivo), donde tomará juramento a sus ministros y saludará a las delegaciones extranjeras.
Por ahora, el rey de España, Felipe VI; los presidentes de Uruguay, Luis Lacalle Pou; de Paraguay, Santiago Peña; de Chile, Gabriel Boric; de El Salvador, Nayib Bukele; de Honduras, Xiomara Castro; y el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, han confirmado su presencia.
Además, se esperan invitados como el ex presidente brasileño Jair Bolsonaro (2019-2023) o el político español Santiago Abascal, líder del ultraderechista Vox, ambos muy cercanos a Milei.
El día finalizará con una función especial en el Teatro Colón de Buenos Aires para agasajar a los representantes internacionales, sin que haya banquetes de gala, acorde con las promesas de recortar el gasto público.