“Sin acuerdo no teníamos horizonte de futuro, con este acuerdo podemos ordenar el presente y construir un futuro. En comparación con otros anteriores que la Argentina firmó, este acuerdo no contempla restricciones que posterguen nuestro desarrollo”, expresó el mandatario en un mensaje audiovisual difundido a través de los canales oficiales.
Este entendimiento llega tras meses de intensas negociaciones, marcadas por la necesidad del Gobierno de extender los plazos de pago en medio del complicado escenario económico que el país arrastra desde hace cuatro años, con menguadas reservas en el Banco Central, alta inflación, una acelerada devaluación y el convencimiento del Ejecutivo de lograr un acuerdo que no conlleve ajustes que lastren el crecimiento.
Congreso debe aprobar
Para que el acuerdo quede sellado y pueda entrar en vigor —a la espera también de que se pronuncie el FMI—, el presidente enviará el texto resultante al Congreso argentino, en el que ningún grupo ostenta mayoría absoluta, aunque el oficialismo es la fuerza con más legisladores: “Necesitamos que lo apoyen, y apelo así al compromiso nacional de todos y todas”.
El mandatario recalcó que, entre otros aspectos, el acuerdo —cuyos detalles técnicos aún se desconocen— no impone llegar a “déficit cero” ni relega el gasto social, y respeta los planes de inversión en ciencia y tecnología.
“Además, vamos a poder acceder a nuevos financiamientos precisamente porque este acuerdo existe. Este entendimiento prevé sostener la recuperación económica ya iniciada. Prevé que no habrá caída del gasto real y sí un aumento en la inversión de la obra pública del Gobierno nacional”, agregó.
Tampoco dispone, señaló, de saltos en el tipo de cambio, e indicó que “sin el acuerdo”, las posibilidades comerciales, económicas y de financiación que Argentina necesita “estarían seriamente limitadas”.
“Este acuerdo no nos condiciona. Podremos actuar ejerciendo nuestra soberanía y llevar adelante nuestras políticas de crecimiento, desarrollo y justicia social. Es un acuerdo basado en la confianza del mundo en nuestras capacidades. Tenemos que crecer para poder pagar, de otro modo no era posible”, subrayó.
El jefe de Estado afirmó que había “una deuda impagable” y ahora hay “un acuerdo razonable” que va a permitir crecer y cumplir con las obligaciones a través del crecimiento.
Nuevos vencimientos
Este hecho coincide con que, entre este viernes y el martes, Argentina debía afrontar vencimientos por unos USD 1.100 millones, previos a los alrededor de USD 3.000 millones que vencen en marzo, aunque no se detalló si tras el entendimiento se postergarán.
Desde que llegó al poder, en diciembre del 2019, tras ganar las elecciones a Macri, Fernández ha mantenido un fuerte discurso contra la política de deuda de Macri (2015-2019), miembro de la principal coalición opositora.
“La historia juzgará quién hizo qué, quién creó el problema y quién lo resolvió. Les invito a mirar hacia adelante, sin olvidar el pasado. Había un problema gravísimo, urgente, y ahora tenemos una solución posible y racional. Es tiempo de unirnos en las soluciones y no dividirnos en los problemas”, destacó hoy.
En octubre del 2020 se iniciaron formalmente negociaciones con el Fondo, acompañadas de conversaciones con países como Estados Unidos por su fuerte peso en el directorio del organismo, para refinanciar el crédito del 2018, que ascendía a USD 56.300 millones, de los que finalmente solo se desembolsaron USD 44.200 millones.
De ese monto, quedan por devolver unos USD 41.000 millones y Argentina debería pagar según el acuerdo original, entre capital e intereses, USD 19.020 millones en 2022, USD 19.270 millones en 2023 y USD 4.856 millones en 2024, condiciones que el Ejecutivo reiteraba que no podía afrontar.