Argentina concluyó una semana de terremoto político tras los inesperados resultados de las primarias del pasado domingo, que desataron un vendaval en los mercados financieros y obligaron al Gobierno de Mauricio Macri a tomar drásticas medidas para contener la crisis.
Las primarias, celebradas el domingo para definir qué candidatos podrán competir en las presidenciales del 27 de octubre, dejaron un saldo que ningún sondeo vaticinó: Macri, quien aspira a la reelección, obtuvo 32% de los votos, 15 puntos por debajo del peronista Alberto Fernández.
Analistas y buena parte del espectro político interpretaron el inesperado y abrumador resultado electoral como un castigo de la ciudadanía a las políticas de Macri que configuraron un escenario de recesión desde abril de 2018, con alta inflación y tasas de desempleo y pobreza en alza.
Los mercados, que sobre el final de la semana pasada festejaron por anticipado un triunfo de Macri que finalmente no fue, abrieron el lunes en modo pánico.
La Bolsa de Buenos Aires se anotó ese “lunes negro” un derrumbe histórico del 37,93%, mientras que el precio del dólar se disparó 19%.
Ese mismo día Macri atribuyó el terremoto financiero a la desconfianza que, a su juicio, despierta entre los inversores Alberto Fernández, de duro predicamento en la campaña contra la especulación financiera y quien lleva como compañera de fórmula a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015).
El vendaval financiero obligó a Macri a tomar una serie de medidas para paliar el impacto que el aumento del dólar tendrá en la inflación y el poder adquisitivo de los argentinos.
El miércoles anunció la congelación de los precios de los combustibles por 90 días, un aumento del salario mínimo y un alivio en los impuestos a asalariados, jubilados y pymes, y el jueves resolvió quitar hasta fin de año el IVA sobre alimentos de la canasta básica y congelar las cuotas de créditos hipotecarios. Todas estas medidas, de aplicación temporal, sorprenden por estar lejos de las políticas ortodoxas que dominaron la gestión de Macri. Sus críticos las tildan de “tardías” y “electoralistas”, pero él las defiende como una forma de llevar “alivio” a los argentinos en esta contingencia.
Pero la turbulencia continuó: hasta la media rueda de ayer la bolsa acumuló esta semana una caída del 30%, mientras que el valor del dólar saltó en 5 jornadas 23,3%. También el riesgo país de Argentina se disparó, hasta tocar el miércoles los 1.958 puntos básicos, su nivel más alto desde noviembre de 2008, para recortar luego hasta las 1.644 unidades ayer. Tan solo en los últimos 4 días, Argentina perdió 2.623 millones de dólares de reservas.
Para colmo, la agencia calificadora Fitch recortó ayer dos escalones la nota de la deuda de Argentina desde “B” hasta “CCC”, una categoría que indica posibilidades de un default. Mientras que la calificadora S&P recortó también la nota del país un escalón de “B” a “-B” citando la pronunciada turbulencia del mercado.