Durante 2020, la pérdida de bosques nativos en el norte de Argentina fue de 114.716 hectáreas, al considerar las provincias de Santiago del Estero (32.776 hectáreas), Jujuy (30.071 hectáreas), Salta (20.962 hectáreas), Formosa (17.779 hectáreas) y Chaco (13.128 hectáreas).
Cerca del 80% de los desmontes se concentran en el norte del país, donde Greenpeace realiza el monitoreo de la deforestación mediante la comparación de imágenes satelitales.
Durante 2019, reveló que la superficie desmontada había alcanzado 80.938 hectárea en cuatro provincias: Santiago del Estero (25.513 hectáreas), Formosa (23.521 hectáreas), Chaco (17.240 hectáreas) y Salta (14.664 hectáreas).
“A pesar de las restricciones impuestas por la pandemia de Covid-19, durante 2020 la deforestación en esas cuatro provincias fue levemente superior al año anterior”, advierte el informe.
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De hecho, el monitoreo de 2020 incorpora a la provincia de Jujuy por los importantes incendios forestales que sufrió durante el año, que afectaron severamente al Parque Nacional Calilegua.
En 2021 la deforestación no cede: “Es muy preocupante que el gobierno de Salta en apenas un mes esté por aprobar desmontes por más de 28 mil hectáreas, una superficie superior a todo lo que se desmontó el año pasado en esa provincia”, advierte Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace, en un comunicado.
Impacto en el clima
La conservación de bosques juega un rol clave en la mitigación del cambio climático.
La deforestación descripta en 2020 generó emisiones por 20.922.835,07 toneladas de CO2 en las provincias de Santiago del Estero, Salta, Formosa y Chaco, lo que equivale a la emisión producida por unos 4,48 millones de vehículos en circulación durante un año, según advierte Greenpeace.
Para la organización, las principales causas de la pérdida de bosques nativos son el avance de la frontera agropecuaria (para ganadería y soja transgénica) y los incendios forestales.
“Estamos ante una emergencia sanitaria, climática y de biodiversidad. Más deforestación significa más cambio climático, más inundaciones, más desalojos de comunidades campesinas e indígenas, más desaparición de especies en peligro de extinción y más enfermedades”, señala Giardini en el informe.
Greenpeace reclama que en forma urgente se prohíban y penalicen los desmontes y los incendios forestales.
“Resulta evidente que las multas no son suficientes para desalentar desmontes e incendios forestales y los responsables rara vez son obligados a reforestar. En muchos casos es clara la complicidad de funcionarios”, afirmó Giardini.
Tambien en el sur
En tanto, en el sur argentino, en la provincia de Río Negro se intensificó este lunes la asistencia de brigadistas de varias provincias y de la nación para combatir un incendio forestal que afecta a la región desde el 24 de enero pasado.
Greenpeace pidió a los gobiernos nacional y provincial poner todos sus esfuerzos en apagar este incendio, que ya afectó a unas 7.000 hectáreas.
“Resulta necesario ampliar significativamente los fondos y la infraestructura destinados a la prevención y lucha contra el fuego”, sostiene Giardini en un comunicado.
“Los incendios forestales se repiten todos los años, y se agravan por el cambio climático. Los bosques se encuentran cada vez más amenazados por las quemas provocadas por fenómenos naturales y la actividad humana, ya sea por negligencia o de manera intencional para desarrollo agropecuario e inmobiliario”, explica.
Greenpeace considera que debe catalogarse como delito penal al desmonte y al incendio intencional y obligar a los responsables a la restauración de los bosques nativos destruidos.