DATOS GLOBALES INFLUYEN. Ambos países están sometidos a los imperativos técnicos mundiales. Uno de los más importantes para el mundo financiero es la tasa rectora de interés de los EEUU, que hace poco fue aumentada a una franja de 0,25% hasta el 0,50%. Después de casi una década, la banca central norteamericana tuvo mejor escenario: la economía de ese país está recuperándose sólidamente, con tasas de desempleo similares a las existentes antes del inicio de la última gran crisis mundial y una tasa de inflación que apunta al 2% anual. Esta medida de la Fed fortalecerá aún más el dólar estadounidense por encima de las cotizaciones alcanzadas últimamente. Estas razones condicionan la cotización del real brasileño y del peso argentino.
VOLATILIDAD ARGENTINA. El real, en los últimos 18 meses, se había devaluado ya en un 30%. Con las novedades de EEUU, ese nivel de depreciación puede aumentar aún más porque el escenario brasileño viene empeorando. El peso argentino, sin embargo, después de su liberación a las fuerzas del mercado, sin restricciones cambiarias, está sufriendo altibajos fuertes. Unas horas después de haber sido liberado, el peso argentino se mostraba débil, pero apenas unos días después ostentaba una aparente fortaleza. Habrá que dejar pasar más tiempo para saber cuál es el punto de equilibrio tendencial en su cotización. Unos pocos días de compraventas en el mercado argentino de divisas no informan todavía sobre ninguna tendencia, al igual que en geometría unos puntos aún no hacen ninguna línea.
CLARA RECESIÓN EN BRASIL. En el caso del Brasil, hay mayor y mejor previsibilidad. Los datos sobre la mayor economía de Sudamérica son conocidos: decrecimiento en -3%, inflación mayor al 10% y déficit fiscal de -7%, con endeudamiento público representando el 75% de su producto interno bruto. Los de Argentina, la segunda mayor, necesitan ser confirmados todavía: tímida tasa de crecimiento económico, tasa de inflación no oficial cercana al 30%, déficit fiscal -5%, con endeudamiento público del orden del 55% de su PIB. Se puede adelantar que desde la asunción al mando de Macri, algunos de estos datos pueden variar a favor.
GUARANÍ SOBREVALUADO. La política del guaraní no puede ser otra que la de seguir las tendencias del mercado. Cumpliendo el mandato de su carta orgánica, así como de los manuales de economía en materia de política de cambios libres, la entidad matriz del sistema financiero en Paraguay ha hecho bien en ir adaptándose a las fuerzas de la oferta y demanda de divisas en la región, evitando las oscilaciones erráticas de la moneda local. En los últimos años, la devaluación del guaraní fue posicionándose en franjas intermedias entre la depreciación del real y del peso argentino. En los próximos días, el BCP hará bien en observar de cerca las oscilaciones en la cotización de este último a los efectos de determinar cuál puede ser su tendencia. Indicios recientes dan cuenta de que el guaraní se halla ya sobrevaluado en relación con el promedio del real y del peso argentino.