El fiscal Federico Leguizamón explicó que la investigación del caso Arrayanes va viento en popa y que se espera el resultado de la autopsia, que va a determinar si el paro cardiaco que sufrió el joven Rodolfo Núñez (27), el fin de semana pasado, fue causado o no por una descarga eléctrica. La defensa –por su parte– habla de muerte súbita.
De 35 a 40 días tomaría finalizar la autopsia de este caso, la cual consideró el fiscal como prueba madre de la muerte del joven. Recordó que en el cuerpo encontraron una ampolla y que en primer momento se presume que es el punto de entrada de la descarga de energía.
“Esa supuesta ampolla se vio al hacer la inspección física, pero todavía es imposible determinar que esa ampolla haya sido o no consecuencia de la descarga eléctrica... Acá la prueba madre va a ser la autopsia, si determina que el paro cardiaco fue a consecuencia de una descarga eléctrica”, dijo Leguizamón.
Desde el miércoles pasado, varias personas llegaron convocadas a la Fiscalía para dar una declaración testifical, entre ellos, los que fueron testigos de la muerte del joven, en el complejo Arrayanes, cuando se estaba jugando un torneo de ex alumnos. En cuanto a si convocarán a los dueños y arrendatarios del local deportivo, el fiscal explicó que se analiza si se les llamará para declaración testifical o una indagatoria.
MUERTE SÚBITA. Los responsables del complejo, sin embargo, se mantienen en lo que dice el informe, que no hay causa de muerte aparente.
El abogado Guillermo Duarte Cacavelos representa a la empresa EPRO SA, que no es la dueña, sino la que subarrienda. El profesional dijo que la causa de la muerte fue un paro cardiorrespiratorio sin causa conocida, por lo que consideran esta como una muerte súbita.
Se analizaron los videos del circuito cerrado y “surge que en realidad Rolo pide un cambio, se va y se sienta, sin señal de descarga eléctrica. Se recuesta por la columna que, supuestamente, está electrificada y no le pasa nada y se reincorpora”, explicó Duarte Cacavelos.
Luego, el joven vuelve hacia atrás con los brazos en el pecho y ya no se levanta.
Las dudas que surgen –dijo el abogado– es que si hubo descarga eléctrica, se hubiera quedado prendido por la columna. Sobre la ampolla que se encontró en el brazo, no se ve en el circuito que esa parte del cuerpo haya acercado a la instalación eléctrica.
Lo último que analizaron es que ninguno de los que estaban allí reclamó que haya salido una descarga del joven y se ve que todos le agarraron, sin salir electrocutados.
Respecto a la falta de habilitación para operar del local, según alertó la Municipalidad de Asunción, Duarte dijo que eso ya es campo de los propietarios y que la empresa EPRO se encarga solo del mantenimiento.
Sin habilitación
Desde la Municipalidad de Asunción confirmaron que el local no estaba habilitado para operar.
El fiscal Federico Leguizamón sostuvo que es la Comuna la que tiene que verificar los planos eléctricos y se envía a una persona para dicha inspección, pero que en el caso del complejo Arrayanes ni siquiera hubo aprobación del plano, por lo que no se hizo la inspección.
Se confirmó, por lo tanto, que el local operaba sin la habilitación comercial correspondiente y se expone a multas o posible clausura.