Se trata de Toribio de Jesús Cardozo Brítez, de 49 años, un antiguo personal del Centro de Rehabilitación Social de Itapúa, quien sufrió varias amenazas por parte de personas extrañas.
El primer “mensaje” fue dejado el pasado 3 de agosto y el segundo el pasado viernes 9. En ambas ocasiones, los desconocidos lanzaron material explosivo de fabricación casera en el patio y estacionamiento de la vivienda.
Al respecto, la comisaría 115ª del barrio Arroyo Porá, informó que están investigando la denuncia realizada por el agente penitenciario que encontró los artefactos explosivos en su propiedad.
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El hecho generó preocupación de las autoridades, considerando que constituye una directa amenaza al agente penitenciario.
De acuerdo con el informe, la primera amenaza se registró el pasado 3 de agosto a las 00:45 horas, cuando desconocidos lanzaron un artefacto explosivo activado en el patio de la casa, pero felizmente no causó daño.
Junto al material lanzado había una hoja escrita a mano que contenía un amenazante mensaje. “Dejá de oprimir, esto es sólo una muestra, la próxima ya no vas a contar; Firma: Bravo Do Mal”, se lee en la hoja.
Sin embargo, cuando el hombre aún no asimilaba el susto y estupor por el suceso que estaba pasando, el pasado viernes se encontró con otro artefacto similar que fue lanzado en el garaje.
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El material contenía otra hoja de cuaderno escrita a mano con bolígrafo rojo y resaltador naranja con la frase “dejá de oprimir presos, esto es sólo un aviso, la próxima ya no la vas a contar; Firma: Bravo Do Mal”, reza la nueva amenaza.
Atendiendo a la gravedad de la situación, intervinieron en el hecho personal de Grupo de Operaciones Especiales (GEO) y expertos en explosivos, quienes procedieron a desactivar el artefacto. Según indicaron, los artefactos explosivos consistían en tubo PVC de unos 23cm, que contenía una cápsula detonante cargada con dinamita en gel.
Por su parte, el agente penitenciario manifestó a los intervinientes que no tiene conflictos en su entorno laboral y tampoco con la población penal, por lo que el hecho le causa sorpresa e incertidumbre sobre el origen de las amenazas.
El caso está a cargo de la agente fiscal Griselda González, quien fue informada de todos los pormenores del hecho.