Histórico punto de encuentro de usuarios y traficantes de estupefacientes, “Cracolandia” es considerada como una de las zonas más insegura y degradas de la capital paulista, la mayor y más poblada ciudad de Brasil.
“La idea es muy interesante, da más vida al lugar. Todo el mundo que para lo mira y le parece interesante”, destacó a Efe Angela de Brito Santana, quien trabaja en un pequeño mercado del barrio, cuyas paredes fueron recientemente pintadas con el mensaje “amor y cariño”.
La iniciativa, implantada por la Alcaldía de Sao Paulo, forma parte del proyecto “Ciudadanía en las calles de la Luz”, el cual tiene como objetivo llevar a cabo una serie de intervenciones en las 12 calles que forman el barrio, donde los adictos al crack ocupan edificios abandonados, levantan chabolas o tugurios.
Con el comando de los pinceles, el grafitero Julio Dojcsar realizó las primeras intervenciones junto con artistas locales, artesanos, vecinos, estudiantes, trabajadores y beneficiarios del programa municipal de integración social conocido como “Brazos Abiertos”.
La pasada semana el príncipe Enrique de Inglaterra visitó la zona y conoció de cerca el proyecto de rehabilitación para los consumidores de crack.
Desde el 14 de enero hasta el 9 de marzo, el programa coordinó más de 4.996 visitas, 776 atenciones médicas y 457 traslados de usuarios de drogas a centros de salud.
Asimismo, según los datos ofrecidos por la Alcaldía, durante el primer mes de funcionamiento de la “Operación Brazos Abiertos” 213 personas iniciaron tratamientos de desintoxicación.